Mejores habilidades lingüísticas significan menos ira para los niños pequeños

Los niños pequeños con habilidades lingüísticas más desarrolladas son más capaces de manejar la frustración y es menos probable que expresen enojo cuando están en el preescolar, según una nueva investigación.

Los arrebatos de ira como las rabietas son comunes entre los niños pequeños, pero para cuando los niños ingresan a la escuela, se espera que tengan más autocontrol, según la Dra. Pamela M. Cole, profesora de psicología en la Universidad Estatal de Pensilvania e investigadora principal de el estudio.

Para ayudarlos a adquirir esta habilidad, se les enseña a usar habilidades lingüísticas como "usar sus palabras", anotó.

El estudio buscó determinar si el desarrollo de las habilidades lingüísticas se relaciona con el desarrollo del control de la ira. Para hacer esto, los investigadores observaron a 120 niños predominantemente blancos de familias por encima de la pobreza pero por debajo de los ingresos medios desde que tenían 18 meses hasta 48 meses. Mediante visitas al hogar y al laboratorio, midieron el lenguaje de los niños y su capacidad para hacer frente a tareas que podrían provocar frustración.

En una tarea de laboratorio, se pidió a los niños que esperaran ocho minutos antes de abrir un regalo mientras sus madres terminaban de "trabajar" (una serie de preguntas sobre cómo el niño normalmente afrontaba la espera). La ira de los niños y las estrategias reguladoras se observaron durante los ocho minutos.

Entre las estrategias que utilizaron los niños estaban buscar apoyo (“Mamá, ¿ya terminaste?” O “¿Me pregunto qué es?”) Y distraerse del regalo (inventando una historia o contando en voz alta).

Los niños que tenían mejores habilidades lingüísticas cuando eran pequeños y cuyo lenguaje se desarrolló más rápidamente expresaron menos ira a los 4 años que los niños pequeños cuyas habilidades lingüísticas no eran tan buenas.

Los niños cuyo lenguaje se desarrolló más rápidamente fueron más propensos a buscar tranquilamente el apoyo de su madre mientras esperaban cuando tenían 3 años, lo que a su vez predijo menos ira a los 4, informan los investigadores.

Los niños cuyo lenguaje se desarrolló más rápidamente también pudieron estar mejor ocupados cuando tenían 4 años, lo que a su vez los ayudó a tolerar la espera.

"Las mejores habilidades del lenguaje pueden ayudar a los niños a verbalizar en lugar de usar las emociones para transmitir sus necesidades y usar su imaginación para ocuparse mientras soportan una espera frustrante", dijo Cole.

El nuevo estudio aparece en la revista Desarrollo infantil.

Fuente: Sociedad de Investigación en Desarrollo Infantil

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