Sentir el dolor de los demás, literalmente
Una nueva investigación encuentra que algunas personas realmente pueden sentir dolor cuando ven que algo doloroso les sucede a otras personas.
Los investigadores dicen que esto es cierto especialmente entre las personas que padecen el síndrome de dolor regional complejo (CRPS), un trastorno de dolor crónico incapacitante en una extremidad.
En los pacientes con CPRS, tanto los propios movimientos como la simple observación de los movimientos de otras personas pueden agravar el dolor.
Cuando te lastimas, los receptores del dolor en el cuerpo envían señales a diferentes partes del cerebro. Como resultado, experimentas dolor.
Investigadores de la Universidad de Aalto, Finlandia, encontraron que cuando los pacientes con CRPS sienten dolor causado por la observación de los movimientos de otra persona, sus cerebros muestran una activación anormal en muchas áreas que responden al dolor físico normal.
Por lo tanto, el dolor que sintieron los pacientes con CRPS durante la observación del movimiento presentó similitudes con el dolor "normal" asociado con el daño tisular.
Los investigadores señalan que la CPRS es una enfermedad muy compleja con un dolor crónico devastador. Su fisiopatología no se comprende completamente y faltan biomarcadores definitivos.
El descubrimiento puede ayudar a desarrollar estrategias de diagnóstico y terapéuticas para pacientes con CRPS, dijo el neurólogo Jaakko Hotta, M.D., de la Universidad de Aalto.
En el estudio, los investigadores analizaron imágenes de resonancia magnética funcional de 13 pacientes con CRPS de miembros superiores y 13 sujetos de control sanos que estaban viendo videos breves de acciones de la mano, como una mano apretando una pelota con la máxima fuerza.
En los pacientes con CPRS, observar las acciones de las manos se asoció con patrones anormales de activación cerebral y un análisis de clasificación de patrones diferenciaba a los pacientes de los sujetos sanos.
Estos hallazgos indican que el CRPS afecta áreas del cerebro relacionadas tanto con el procesamiento del dolor como con el control motor.
Fuente: Universidad Aalto