Estudio sobre las vitaminas B y la demencia criticada

Un estudio publicado el año pasado que afirma que las vitaminas B no desempeñan ningún papel en la prevención de la demencia está siendo objeto de duras críticas.

A los expertos médicos les preocupa que los pacientes que se encuentran en las primeras etapas de la demencia podrían perderse un tratamiento potencialmente eficaz si siguen la investigación que, según ellos, es engañosa.

Los expertos critican fuertemente a los investigadores de Oxford por su conclusión de que "La ingesta de ácido fólico y vitamina B-12, lamentablemente, no va a prevenir la enfermedad de Alzheimer", en un artículo en el Revista estadounidense de nutrición clínica.

Los médicos y científicos creen que los comentarios de los autores son "inexactos y engañosos". Los expertos también expresan su preocupación de que tal afirmación podría tener un efecto negativo en el bienestar del paciente y también sesgar la financiación de la investigación y las decisiones de política sanitaria.

Peter Garrard, MD, Ph.D., del Cardiovascular and Cell Sciences Research Institute en St George's, University of London, dijo que el análisis de los datos de ensayos clínicos anteriores publicados el año pasado no arroja ninguna duda sobre el potencial del ácido fólico y la vitamina B-12 para prevenir la demencia, y que las declaraciones de los investigadores anteriores eran "injustificadas".

Garrard afirma que la ingesta de vitaminas B reduce los niveles sanguíneos de una molécula (homocisteína), que en altas concentraciones actúa como un factor de riesgo significativo para la demencia. Dijo que la "evidencia científica de primer nivel de que el uso de vitaminas B confiere beneficios tanto biológicos como neuropsicológicos" a las personas mayores de 70 años que habían experimentado una disminución reciente en sus capacidades cognitivas.

Él cree que es necesario realizar un ensayo definitivo para establecer si el tratamiento simple y seguro de tomar vitaminas B puede retrasar el deterioro cognitivo en un grupo similar de personas: aquellas que se sabe que tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en toda regla.

Tanto Garrard como el Dr. David Smith, director fundador del Proyecto Oxford para Investigar la Memoria y el Envejecimiento, enviaron cartas separadas a la Revista estadounidense de nutrición clínica, en el que señalaron varias fallas en la investigación del año pasado, incluidos los siguientes puntos:

  1. dependencia de datos de ensayos de prevención de enfermedades vasculares en lugar de demencia;
  2. el uso del Mini Examen del Estado Mental (MMSE), que está diseñado para detectar la demencia pero no es adecuado para evaluar pequeños cambios en personas cognitivamente normales; y
  3. la ausencia de cualquier deterioro cognitivo en sin tratar pacientes, lo que hace que todo el estudio sea irrelevante para la cuestión de los beneficios clínicos en el deterioro cognitivo o la demencia.

los Revista estadounidense de nutrición clínica presenta los nuevos comentarios en su edición de febrero de 2015.

Fuente: Universidad de St. George's London

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