Agresión modelada en reality shows

Un nuevo estudio de la Universidad Brigham Young sugiere que los programas de telerrealidad de televisión presentan un nuevo nivel de agresión para grandes audiencias.

Desafortunadamente, las investigaciones sugieren que la mezquindad puede contagiarse a los espectadores a pesar de que los espectadores crean que simplemente observar las acciones no cambiará su comportamiento.

Los investigadores descubrieron que la cantidad de chismes, insultos y miradas sucias que se ven en los reality shows populares superan con creces el nivel visto en dramas, comedias y telenovelas igualmente populares.

Los investigadores observaron cinco programas de realidad y cinco programas que no son de realidad y encontraron 52 actos de agresión por hora en programas de televisión de realidad en comparación con 33 por hora para los programas que no son de realidad.

“The Apprentice” encabezó la lista con 85 actos de agresión verbal o relacional por hora.

Simon Cowell y "American Idol" registraron un poco menos de 57 actos agresivos por hora, pero, de nuevo, murmurar es difícil de hacer mientras se canta.

"Sabía que el nivel de agresión iba a ser alto, pero no tenía idea de que iba a ser tan alto", dijo Sarah Coyne, profesora de vida familiar de BYU y autora principal del estudio.

Los hallazgos de Coyne aparecerán en la edición de junio de The Journal of Broadcasting and Electronic Media.

Los investigadores analizaron 120 horas de programación y codificaron cada instancia de agresión física, verbal y relacional. Los 10 programas seleccionados para el estudio son populares entre el público de Gran Bretaña, aunque varios programas son producciones estadounidenses.

Y a pesar de la etiqueta de "realidad", la mitad de la agresión pareció ser provocada por los productores. Una táctica común es poner a los participantes en un stand y atraerlos para que digan algo desagradable sobre sus competidores.

Numerosos otros estudios, incluido uno de Coyne, demuestran que la mezquindad se contagia a los espectadores. Y eso fue usando escenas muy artificiales y claramente ficticias.

“De cualquier tipo de programa que existe, creo que los programas de realidad son los que tienen más probabilidades de ser imitados”, dijo Coyne.

"Todas las audiencias piensan que no les afectará, pero no somos tan inmunes como creemos".

Fuente: Universidad Brigham Young

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