¿Alguna vez superamos el miedo?

Aunque el miedo es una emoción natural, puede volverse perjudicial. Los investigadores están utilizando simulaciones por computadora para comprender los procesos dentro del cerebro durante la formación y extinción de los miedos.

En el número actual de la revista científica Biología Computacional PLoS, Ioannis Vlachos y sus colegas proponen una explicación de cómo los miedos aparentemente superados en realidad solo están ocultos.

La razón de la persistencia de los miedos es que, literalmente, sus raíces son profundas: muy por debajo de la corteza cerebral, la amígdala juega un papel crucial en los procesos del miedo.

El miedo se investiga comúnmente en ratones exponiéndolos simultáneamente a un estímulo neutro (un cierto sonido, por ejemplo) y uno desagradable. Esto hace que los animales también se asusten del sonido.

Según los investigadores, el contexto juega un papel importante en este caso: si el sonido aterrador se reproduce repetidamente en un nuevo contexto sin que suceda nada malo, los ratones vuelven a perder el miedo. Sin embargo, regresa inmediatamente si el sonido se presenta en el contexto original o incluso en un contexto completamente nuevo. ¿No habían olvidado los ratones a tener miedo, después de todo?

El hecho de que los miedos se pueden "enmascarar" se conoce desde hace algún tiempo.

Recientemente, dos coautores del presente estudio descubrieron que dos grupos de células nerviosas dentro de la amígdala están involucrados en este proceso. Al crear un modelo de la red neuronal de la amígdala, el candidato a doctorado Ioannis Vlachos y sus colegas pudieron encontrar una explicación de cómo se implementa ese enmascaramiento de los miedos en el cerebro: un grupo de células es responsable de la respuesta al miedo, el segundo de su supresión.

La actividad de este último inhibe al primero y, por tanto, evita que las señales de miedo se transmitan a otras partes del cerebro. Sin embargo, el cambio en sus conexiones que resultó en un aumento de la actividad en las neuronas que codifican el miedo en primer lugar todavía está presente.

Tan pronto como desaparece el enmascaramiento de las neuronas que suprimen el miedo, por ejemplo, al cambiar el contexto, estas conexiones entran en acción de nuevo: el miedo vuelve.

Según los científicos, estos conocimientos se pueden transferir a los humanos, lo que ayudará a tratar los miedos con más éxito en el futuro.

Fuente: Albert-Ludwigs-Universität Freiburg

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