La forma en que hablamos imita la forma en que nos sentimos
Una investigación europea pionera ha descubierto un vínculo entre el lenguaje y las emociones.
El psicólogo Dr. Ralf Rummer y la fonética Dra. Martine Grice pudieron demostrar que la articulación de las vocales influye sistemáticamente en nuestros sentimientos y viceversa.
Los investigadores analizaron la cuestión de si el significado de las palabras está vinculado a su sonido y en qué medida.
El enfoque específico del proyecto fue en dos casos especiales; el sonido de la vocal larga "i" (/ i: /) y el de la vocal larga y cerrada "o" (/ o: /).
Rummer y Grice estaban particularmente interesados en averiguar si estas vocales tienden a aparecer en palabras que tienen carga positiva o negativa en términos de impacto emocional.
Para ello, llevaron a cabo dos experimentos fundamentales, cuyos resultados ya se han publicado en Emoción, la revista de la Asociación Americana de Psicología.
En el primer experimento, los investigadores expusieron a los sujetos de prueba a clips de películas diseñados para ponerlos en un estado de ánimo positivo o negativo y luego les pidieron que inventaran diez palabras artificiales y que las pronunciaran en voz alta.
Descubrieron que las palabras artificiales contenían significativamente más "/ i: /" que "/ o: /" cuando los sujetos de prueba estaban de buen humor.
Sin embargo, cuando estaban en un estado de ánimo negativo, los sujetos de prueba formularon más "palabras" con "/ o: /".
El segundo experimento se utilizó para determinar si la diferente calidad emocional de las dos vocales se remonta a los movimientos de los músculos faciales asociados con su articulación.
En esta prueba, el equipo encabezado por Rummer y Grice requirió que sus sujetos de prueba articularan un sonido "i" o un sonido "o" cada segundo mientras veían dibujos animados.
Los sujetos de prueba que producían los sonidos de la "i" encontraron los mismos dibujos animados significativamente más divertidos que los que producían los sonidos de la "o".
En vista de este resultado, los autores concluyeron que parecería que los usuarios del lenguaje aprenden que la articulación de los sonidos "i" está asociada con sentimientos positivos y, por lo tanto, utilizan las palabras correspondientes para describir circunstancias positivas.
Lo contrario se aplica al uso de sonidos "o".
Rummer y Grice creen que los hallazgos proporcionan una explicación para un fenómeno muy discutido.
La tendencia de que los sonidos 'i' ocurran en palabras con carga positiva (como 'como') y de que los sonidos 'o' ocurran en palabras con carga negativa (como 'solo') en muchos idiomas parece estar vinculada al uso correspondiente de los músculos faciales en la articulación de las vocales por un lado y la expresión de la emoción por el otro.
Fuente: Universidad de Colonia.