La psicosis de la esquizofrenia está vinculada a un "interruptor defectuoso" en el cerebro

Los síntomas psicóticos que experimentan las personas con esquizofrenia podrían ser causados ​​por un "interruptor" defectuoso en el cerebro, según una nueva investigación.

En un estudio publicado hoy en la revista Neurona, científicos de la Universidad de Nottingham en el Reino Unido demostraron que la gravedad de los síntomas, como delirios y alucinaciones, es causada por una desconexión entre dos regiones del cerebro: la ínsula y la corteza frontal lateral.

El descubrimiento podría en algún momento formar la base para tratamientos mejores y más específicos para la esquizofrenia con menos efectos secundarios, anotaron los investigadores.

El estudio de cuatro años, dirigido por el profesor Peter Liddle, MD, Ph.D., y la Dra. Lena Palaniyappan en la División de Psiquiatría de la Universidad, se centró en la región de la ínsula, una "isla" segregada enterrada en lo profundo del cerebro, que es responsable de la conmutación perfecta entre el mundo interior y exterior.

“En nuestra vida diaria, cambiamos constantemente entre nuestro mundo interior y privado y el mundo objetivo exterior”, dijo Palaniyappan. “Esta acción de cambio está habilitada por las conexiones entre la ínsula y la corteza frontal. Este proceso de cambio parece interrumpirse en pacientes con esquizofrenia. Esto podría explicar por qué los pensamientos internos a veces aparecen como una realidad objetiva externa, experimentados como voces o alucinaciones en esta condición ”.

Esto también podría ayudar a explicar las dificultades para "internalizar" los placeres materiales externos, como disfrutar de la música o un evento social, que resultan en "embotamiento emocional" en pacientes con psicosis, dijo.

Explicó que varias regiones del cerebro están involucradas cuando estamos perdidos en pensamientos o recordando un evento pasado. Sin embargo, cuando nos interrumpe un ruido fuerte u otra persona hablando, podemos cambiar al uso de nuestra área de la corteza frontal del cerebro, que procesa esta información externa. Con una interrupción en las conexiones de la ínsula, tal cambio puede no ser posible, según los investigadores.

El equipo de investigación utilizó imágenes de resonancia magnética funcional para comparar los cerebros de 35 voluntarios sanos con los de 38 pacientes esquizofrénicos. Los resultados mostraron que, si bien la mayoría de los pacientes sanos pudieron hacer este cambio entre regiones, los pacientes esquizofrénicos tenían menos probabilidades de cambiar al uso de su corteza frontal.

Los investigadores explican que la corteza insular y frontal forman un bucle dentro del cerebro: la insular debe estimular la corteza frontal mientras que la corteza frontal debe inhibir la ínsula, pero en pacientes con esquizofrenia se encontró que este sistema está seriamente comprometido.

Los resultados sugieren que detectar la falta de una influencia positiva desde la ínsula hasta la corteza frontal utilizando fMRI podría tener un alto grado de valor predictivo en la identificación de pacientes con esquizofrenia, dijeron los investigadores.

La esquizofrenia es una de las afecciones de salud mental graves más comunes y afecta a aproximadamente 1 de cada 100 personas. Su aparición ocurre con mayor frecuencia al final de la adolescencia o al principio de los 20, lo que puede tener consecuencias devastadoras para su futuro, señalan los científicos de Nottingham.

Los científicos siguen sin estar seguros de qué causa la esquizofrenia, pero creen que podría ser una combinación de una predisposición genética combinada con factores ambientales. Se sabe que el consumo de drogas es un desencadenante: las personas que consumen cannabis o drogas estimulantes tienen de tres a cuatro veces más probabilidades de desarrollar síntomas psicóticos recurrentes, según los investigadores.

También se cree que el subdesarrollo del cerebro en el útero causado por complicaciones en el embarazo de la madre, así como en la primera infancia vinculados a problemas como la desnutrición, podrían desempeñar un papel clave. Las observaciones anteriores de este grupo de investigación descubrieron la presencia de patrones de plegamiento inusualmente suaves del cerebro sobre la región de la ínsula en pacientes, lo que sugiere un deterioro en el desarrollo normal de esta estructura en la esquizofrenia.

Hoy en día, el tratamiento implica una combinación de medicamentos antipsicóticos, terapias psicológicas e intervenciones sociales. Solo uno de cada cinco pacientes con esquizofrenia logra una recuperación completa. Muchos pacientes luchan por encontrar un tratamiento que sea 100 por ciento efectivo para controlar su condición.

Los investigadores también están estudiando una técnica llamada TMS, estimulación magnética transcraneal, que utiliza un poderoso pulso magnético para estimular las regiones del cerebro que funcionan mal. Los investigadores creen que enviar un pulso al lóbulo frontal podría estimular la ínsula y restablecer el interruptor.

Otras opciones de tratamiento podrían incluir el uso de una terapia de meditación basada en la compasión llamada atención plena, que puede tener el potencial de restablecer el interruptor, así como promover cambios físicos dentro del cerebro. Estas ideas se encuentran en sus primeras etapas en la actualidad, pero pueden ofrecer enfoques de tratamiento más enfocados a largo plazo, concluyen los investigadores.

Fuente: Universidad de Nottingham

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