Estudio del Reino Unido: la adicción a los teléfonos inteligentes puede no ser un problema

Una nueva investigación sugiere que los estudios anteriores sobre el impacto del uso de la tecnología en el bienestar psicológico se basan en medidas defectuosas. Los investigadores del Reino Unido explican que las encuestas se usan a menudo para comprender cómo las personas usan su teléfono inteligente, pero estas están mal relacionadas con el uso real de teléfonos inteligentes cuando se miden con una aplicación.

En otras palabras, los investigadores creen que la evidencia existente que sugiere que el tiempo frente a una pantalla es “adictivo” no puede usarse para justificar ningún cambio de política. El hallazgo es pertinente ya que el Comité de Ciencia y Tecnología del Parlamento del Reino Unido realizó recientemente una investigación sobre el uso de las redes sociales, incluidos los efectos del tiempo de pantalla en la salud de los jóvenes.

En la nueva investigación, el Dr. David Ellis de la Universidad de Lancaster y Brittany Davidson de la Universidad de Bath creen que la política oficial no debe basarse únicamente en estudios existentes que utilicen autoinformes. Ellis explica: "Saber cuánto piensa o se preocupa alguien sobre el uso de su teléfono inteligente deja muchas preguntas sin respuesta".

El equipo de investigación examinó 10 encuestas de "adicción" para medir el uso de tecnología de las personas, como la Escala de adicción a los teléfonos inteligentes y la Escala de problemas de uso de teléfonos móviles, que generan puntajes que determinan el uso.

Luego compararon estos autoinformes con datos de Apple Screen Time, que proporciona una medición objetiva de:

    • Cuántos minutos las personas usaron sus teléfonos
    • Con qué frecuencia lo recogieron
    • Cuántas notificaciones recibieron

Los investigadores descubrieron relaciones débiles entre la cantidad de personas que creen que usan sus teléfonos inteligentes y cuánto realmente lo hacen.

Davidson agregó: “Nuestros resultados sugieren que la mayoría de estas evaluaciones autoinformadas con teléfonos inteligentes funcionan mal cuando se intenta predecir el comportamiento del mundo real. Necesitamos revisar y mejorar estas mediciones en el futuro ".

El uso elevado de teléfonos inteligentes se ha relacionado anteriormente con la ansiedad y la depresión, pero Ellis dijo que no hay evidencia suficiente para respaldar estas conclusiones.

"Las escalas que se centran en la noción de 'adicción' a la tecnología tuvieron un rendimiento muy deficiente y no pudieron clasificar a las personas en diferentes grupos (por ejemplo, uso alto o bajo) según su comportamiento".

Fuente: Universidad de Lancaster / EurekAlert

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