Montar a caballo más ejercicios para desarrollar el cerebro pueden ayudar a los niños con TDAH y autismo

Un nuevo estudio muestra que la equitación combinada con ejercicios cognitivos puede mejorar las habilidades motoras de los jóvenes con trastornos del neurodesarrollo, incluido el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y el trastorno del espectro autista (TEA).

"Queríamos investigar cómo una combinación de actividades asistidas por equinos y varias tareas de desarrollo del cerebro, administradas por un terapeuta del habla, afectaría las habilidades motoras en niños con trastornos que incluyen el trastorno del espectro autista y la hiperactividad por déficit de atención", dijo el Dr. Brandon Rigby de la Universidad de la Mujer de Texas.

"Nuestros hallazgos deberían ser útiles para los terapeutas y otros profesionales de la salud que tienen la tarea de implementar estrategias e intervenciones para mejorar la competencia de las habilidades motoras en niños y jóvenes con TDAH y TEA, que fueron los diagnósticos más comunes en nuestro estudio".

Para el estudio, el equipo de investigación reclutó a 25 niños con trastornos del desarrollo neurológico entre las edades de 5 y 16 años. Cada niño completó uno de varios programas diferentes con una duración de entre ocho semanas y un año. Los programas incluían paseos a caballo introductorios semanales, así como sesiones con un logopeda dos o tres veces por semana.

Durante la cabalgata, los niños aprendieron sobre la anatomía del caballo, el equipo para montar y los conceptos básicos de la equitación, informaron los investigadores.

Las actividades de desarrollo del cerebro se centraron en ejercicios que entrenan al cerebro para procesar información sensorial, como el sonido, la vista, el equilibrio y la orientación espacial. Estas sesiones incluyeron musicoterapia, ejercicios de seguimiento ocular y tareas de coordinación ojo-mano. Los niños y sus padres también recibieron ejercicios diarios que podían realizar en casa.

Después de ocho semanas del programa, los niños mostraron mejores habilidades motoras, aunque a veces hubo un retraso antes de que los cambios se hicieran evidentes, descubrieron los investigadores.

Para los participantes que continuaron el programa durante un año, estos beneficios continuaron durante la duración del estudio, según los hallazgos del estudio.

Estos participantes también mostraron mejoras en su comportamiento y rendimiento académico, incluidas las habilidades sociales y de comunicación.

Además, las respuestas anecdóticas de los padres y cuidadores sugirieron que los niños eran más positivos, centrados y tranquilos tanto dentro como fuera del programa.

Dado el tamaño pequeño del estudio, aún se necesita una investigación a mayor escala para comprender mejor los beneficios potenciales para la variedad de trastornos del desarrollo neurológico, anotaron los investigadores.

Algunas limitaciones incluyen los diferentes diagnósticos de los participantes y la posibilidad de continuar con los medicamentos recetados o las terapias fuera del alcance de este programa. A pesar de esto, los resultados del programa son prometedores, dijeron los investigadores, y agregaron que esperan que esto inspire un mayor interés en los programas interdisciplinarios.

“Estos hallazgos pueden permitir una mayor demanda de estos programas y, en última instancia, hacerlos más accesibles y asequibles”, dijo Rigby.

El estudio fue publicado en Fronteras en la ciencia veterinaria.

Fuente: Frontiers

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