Sonrisas reales, sonrisas falsas: ¿cuál es la diferencia?

La mayoría estaría de acuerdo en que las sonrisas son contagiosas. Pero, ¿puede haber un beneficio social de una sonrisa falsa?

Una nueva investigación sugiere que no todas las sonrisas son iguales, que las personas responden de manera diferente a las sonrisas que no son genuinas. De hecho, las diferentes respuestas pueden reflejar el valor social único de las sonrisas genuinas.

"Estos hallazgos nos dan la primera sugerencia clara de que los procesos básicos que guían las respuestas a la recompensa también juegan un papel en la orientación del comportamiento social momento a momento durante las interacciones", dijo la científica psicológica e investigadora principal, la Dra. Erin Heerey de Bangor. Universidad (Reino Unido).

La nueva investigación se informa en la revista ciencia psicológica.

“No hay dos interacciones iguales, sin embargo, las personas aún logran coordinar sin problemas su habla y comportamientos no verbales con los de otra persona”, dijo Heerey.

Se preguntó si el valor intrínseco de diferentes señales sociales como las sonrisas puede influir en la configuración de nuestra respuesta a esas señales. Las sonrisas educadas, por ejemplo, suelen ocurrir cuando las normas socioculturales dictan que sonreír es apropiado.

Las sonrisas genuinas, por otro lado, significan placer, ocurren espontáneamente y están indicadas por la participación de músculos específicos alrededor del ojo.

Si las sonrisas genuinas son una forma de recompensa social, planteó la hipótesis de Heerey, las personas deberían ser más propensas a anticipar sonrisas genuinas que sonrisas educadas relativamente menos gratificantes.

Un estudio observacional mostró que las parejas de extraños que se conocían no solo intercambiaban sonrisas, sino que casi siempre coincidían con el tipo de sonrisa en particular, ya sea genuina o educada.

Sin embargo, la respuesta a la sonrisa genuina de los socios fue mucho más rápida, lo que sugiere que estaban anticipando las sonrisas genuinas.

De manera similar, los participantes en un estudio de laboratorio aprendieron asociaciones de pulsaciones de teclas para rostros genuinamente sonrientes más rápido que para rostros sonrientes cortésmente. Los datos de los sensores eléctricos en los rostros de los participantes revelaron que ejercían los músculos relacionados con la sonrisa cuando esperaban que apareciera una sonrisa genuina, pero no mostraban tal actividad cuando esperaban sonrisas amables.

Los investigadores creen que las diferentes respuestas sugieren que las sonrisas genuinas son recompensas sociales más valiosas.

Investigaciones anteriores han demostrado que las sonrisas genuinas promueven interacciones sociales positivas, por lo que es probable que aprender a anticiparlas sea una habilidad social fundamental.

Uno de los aspectos novedosos de la investigación, dijo Heerey, es la combinación de la observación naturalista y la experimentación controlada, que le permitió explorar la riqueza de las interacciones sociales de la vida real y al mismo tiempo le dio la oportunidad de investigar posibles relaciones causales.

Heerey cree que este enfoque podría producir aplicaciones importantes con el tiempo.

“A medida que avanzamos en nuestra comprensión de cómo se desarrollan las interacciones sociales, estos hallazgos pueden ayudar a guiar el desarrollo de intervenciones para las personas que encuentran difíciles las interacciones sociales, como aquellas con ansiedad social, autismo o esquizofrenia”, dijo.

Fuente: Asociación de Ciencias Psicológicas

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