Manejar los estilos de ira para construir relaciones más saludables

Habla con cualquier pareja y es probable que escuches la misma historia. Hay muchos buenos momentos, pero de vez en cuando, las cosas se ponen feas.

Toda relación tiene sus altibajos. El reflujo y el flujo a través de los períodos buenos y malos es natural. Cuando se produce una discusión, ¿cómo puede comunicarse con su pareja para dejar atrás la preocupación y regresar a un estado saludable de felicidad? Eso es un desafío para la mayoría de las parejas.

Las relaciones son complejas. Cada persona entra en la relación con su propio conjunto de problemas y estilo de comunicación. Y tiene sentido. Cada familia tiene su propio estilo de comunicación durante los conflictos. De niño, estás rodeado por este estilo de comunicación durante las discusiones entre los miembros de tu familia. Te educaron para creer que es una forma normal de reaccionar. Entonces, cuando su cónyuge (que probablemente creció con un estilo de comunicación diferente) reacciona de manera diferente, es posible que usted se sienta preocupado, preocupado e inseguro de cómo responder.

Como terapeuta de parejas, he visto esto mucho. Una persona puede sentir que le están gritando, mientras que la otra simplemente cree que se está comunicando de una manera que es normal porque así es como su familia hablaba entre sí.

¿Cuál es su estilo cuando se siente enojado durante una discusión? La ira se expresa de innumerables formas. Sin embargo, hay tres estilos de comunicación básicos cuando se trata de la ira. Comprenderlos puede ayudarlo a comunicarse mejor durante una discusión y a establecer un entendimiento mutuo para ayudarlo a resolver los problemas y los momentos difíciles.

  1. Pasivo agresivo.
    Este estilo de enojo ocurre cuando le ocultas algo a tu pareja al no hacer lo que él o ella quiere. Por ejemplo, podrías llegar tarde a la noche a la cita. O puede reprimir sus pensamientos y sentimientos durante una discusión. Tiende a minimizar o negar la ira cuando otros expresan frustración o cuestionan sus acciones.

    Este estilo de ira puede parecer inofensivo en la superficie, pero en realidad puede ser extremadamente dañino. Impide la comunicación directa y dificulta la empatía con su pareja.

  2. Ira fría.
    Este estilo de enojo ocurre cuando está molesto pero se niega a hablar sobre el asunto en cuestión. Te alejas de tu pareja. Incluso podrías obtener un placer secreto al castigar a tu pareja mientras lo haces trabajar para que tú respondas.

    Este tipo de enojo crea desconexión y puede ser muy difícil porque las parejas pueden pasar de horas a días sin hablar.

  3. Hostilidad.
    Esto es cuando a menudo expresas tu ira con una voz fuerte y contundente. Expresa desaprobación cuando las personas o situaciones no cumplen con sus expectativas.

    Este estilo de ira crea más ira, que puede escalar e inevitablemente cobrar vida propia.

Conocer el estilo de ira de su pareja hace que sea más fácil dominar su temperamento y revitalizar su relación. Una vez que comprenda cómo se comunica cada persona durante una discusión, puede comenzar el proceso de mejora.

Es importante identificar las diferencias en cómo usted y su pareja expresan su enojo. Luego, con esas diferencias en mente, intente cambiar su estilo para evitar que los problemas se agraven cuando surjan. En su lugar, concéntrese en formas que le permitan volver a conectarse rápidamente y reavivar la comunicación con su socio. Hacer esto no es tan fácil como parece.

Después de tener una discusión, es fundamental que cada persona intente comunicarse con la otra en una hora. Date un período de recuperación de 30 minutos a una hora, pero nunca lo dejes ir más allá. Si es así, puede desencadenar otros problemas, o incluso más profundos, que aún no se han resuelto. Esto debe reconocerse y darse el tiempo suficiente para trabajarlo, pero separado del argumento actual.

Una vez que se vuelva a conectar después de una discusión, hable abierta y honestamente sobre lo que sucedió. Reconozca el malentendido, cree espacio para el compromiso y acepte estar en desacuerdo. No guardes rencor. No contenga sus sentimientos ni se cierre. No actúes de una manera que pueda generar resentimiento.

Deja ir tu orgullo y tu ira, y dale a tu pareja el beneficio de la duda. Al hacer esto, es posible que se sorprenda de cuánto mejoran sus comunicaciones y de la rapidez con la que vuelve a tener una relación feliz y saludable.

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