La verdadera razón por la que siempre estás revisando tu teléfono

¿Alguna vez has notado que nadie mira hacia arriba mientras cruza la calle? La mayoría de las personas están demasiado ocupadas respondiendo mensajes de texto o desplazándose por las redes sociales para prestar atención a su entorno.

A decir verdad, yo mismo soy culpable de esto. Sin embargo, desafía toda lógica. ¿Por qué arriesgamos nuestra seguridad para comprobar si a alguien le gustó nuestra última actualización de Facebook? ¿No puede esperar más tarde, digamos, tal vez cuando no esté cerca del tráfico que se aproxima?

Es un hecho de la vida moderna: no podemos vivir sin nuestros dispositivos. De hecho, una encuesta reciente de Gallup reveló que el adulto promedio revisa su teléfono inteligente cada hora, si no cada pocos minutos. El apego de los estadounidenses a sus teléfonos es tan fuerte que el 63 por ciento de las personas duermen con su teléfono junto a ellos.

Si bien la tecnología tiene enormes ventajas, se convierte en un problema si la usa para postergar, adormecer o huir de los problemas.

Cambiar sus hábitos digitales comienza por comprender cómo la tecnología cambia su cerebro y su comportamiento.

La psicología de la obsesión por los teléfonos inteligentes

No es ningún secreto que la tecnología tiene la capacidad de engancharnos con infinitas oportunidades para jugar, aprender y conectar. Pero, ¿por qué vamos demasiado lejos? ¿Por qué pasamos horas mirando nuestros teléfonos, navegando en las redes sociales o respondiendo correos electrónicos?

Todo se reduce a comprender el condicionamiento operante, que describe cómo nuestro comportamiento está moldeado por las consecuencias. Lo que hacemos depende de las recompensas o castigos asociados con una acción. En pocas palabras, si algo se siente bien o nos beneficia, lo hacemos más.

Uno de los hallazgos más sorprendentes del condicionamiento operante es que si quieres entrenar a un animal para que haga algo, recompensarlo consistentemente no es la mejor manera de hacerlo. Lo que es más eficaz es recompensar al animal algunas vecesy en intervalos aleatorios - lo que se conoce como refuerzo intermitente.

El refuerzo intermitente está en la raíz de la obsesión por la tecnología. Es la corriente subyacente del comportamiento lo que lo mantiene controlando compulsivamente su dispositivo.

Por ejemplo, cuando actualiza su bandeja de entrada, a veces (pero no siempre) tiene un mensaje nuevo. Nunca se sabe con certeza cuándo llegará un nuevo mensaje (la recompensa), por lo que se refuerza el hábito de verificar todo el tiempo. Lo mismo ocurre con la recepción de nuevas notificaciones o actualizaciones en las redes sociales.

El refuerzo intermitente también explica cómo terminas perdiendo horas en tu teléfono. Cada recompensa te da un impulso a los centros de placer del cerebro que refuerzan el comportamiento y te mantienen avanzando por la madriguera del conejo.

Rompe el ciclo

Si desea pasar menos tiempo en su teléfono y más tiempo viviendo su vida, aquí tiene algunos consejos para probar.

1. Detecta tus factores desencadenantes

Fíjate en los estados mentales y emocionales que te llevan a buscar compulsivamente tu teléfono. ¿Estas aburrido? ¿Está postergando el inicio de un proyecto difícil? ¿Evitar una incómoda sensación de incomodidad en una cena tensa?

Las investigaciones muestran que las emociones de alta intensidad como la ira y la frustración pueden generar distracción, así que preste atención a las situaciones o personas que lo desencadenan más.

Armado con esta conciencia de sí mismo, considere otras formas de responder o lidiar con la situación además de enterrar la cabeza en su dispositivo. Tu objetivo no es eliminar las emociones, sino pensar en formas alternativas de actuar que te sirvan mejor.

2. Regístrese con usted mismo

Hágase estas tres preguntas:

  • ¿Es este el mejor uso de mi tiempo?
  • ¿Qué me estoy perdiendo al hacer esto ahora mismo?
  • ¿Cómo contribuye esto positivamente a mis objetivos?

Hacerse estas preguntas puede ayudarlo a identificar si sus hábitos tecnológicos lo están llevando al éxito o lo están frenando.

3. Crea mejores límites

Definir nuevos límites en torno a la tecnología es el paso final para liberarse del ciclo de la obsesión por los teléfonos inteligentes. Por ejemplo, puede optar por no consultar el correo electrónico después de las 6 pm. Sin embargo, si su trabajo requiere que esté de guardia, puede crear un límite eliminando las aplicaciones de redes sociales de su teléfono para que no se distraiga.

Al crear pautas proactivas que explican explícitamente cuándo, cómo y por qué interactuará (o no) con su dispositivo, está aceptando la responsabilidad personal de dar vida a sus objetivos y prioridades, en lugar de dejar que su teléfono lo mande.

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