6 dones del trastorno límite de la personalidad
Desde esa caminata de otoño por la tarde con mi terapeuta, cuando discutimos por qué tenía TLP, comencé a entender que tener un trastorno límite de la personalidad no era algo malo sino un regalo. Respondió a tantas preguntas de por qué mi estado de ánimo y los procesos de pensamiento eran como eran. Me ha ayudado a hacerme una persona más fuerte.
Los 6 dones de BPD:
- Algunos días paso por lo que parecen 100 emociones diferentes. En un momento me siento solo, al momento siguiente soy una mezcla de enojo y soledad con la ansiedad nadando por mi cuerpo. Pasar por todos estos estados de ánimo ha creado un tipo de resistencia y fortaleza que no se puede explicar. Es casi como si fueras una supermujer montada en un unicornio mágico que dice que eres fuerte. Esta cualidad “mágica” constituye su capacidad de recuperación.
- Tengo estos pensamientos desagradables de abandono imaginario. Me hace apreciar más el hecho de que mi familia y amigos me aman, porque solo soy imaginando el abandono. Sin embargo, hay momentos en los que todavía me siento abandonado, como si fuera adoptado.
- La compasión es evidente. Lidiar con TLP me ha hecho darme cuenta de cómo puedo usar mis dones para ayudar a otros. Ya sea que le diga "te ves genial en tu traje de baño" a alguien en el vestuario de un gimnasio o simplemente alegrará el día de alguien con un poco de terapia artística. También ha influido en mi vida profesional. Me hace entender por lo que están pasando mis clientes y sentir por ellos.
- Mi cofre del tesoro está repleto de soluciones de afrontamiento, desde la terapia conductual dialéctica (DBT) hasta el cuidado personal. Estos me ayudaron a ser más autosuficiente. También me gusta confiar en terapias experimentales como el arte y el yoga para ayudarme a conquistar mi TLP.
- Disfruto cada vez más de los días agradables. Una nube en el cielo que parece tan ordinaria pone una sonrisa en mi rostro, mientras canto “Fight Song” de Rachel Platten. Estos días solo pintan una sonrisa en mi cara.
- En los días en los que me abruman las emociones, he aprendido a vivir el momento. Aprovechar al máximo las tareas del hogar y los recados cantando para mí, escuchando un audiolibro o simplemente charlando con un amigo. Descubro que al escuchar un audiolibro que me enseña algo, siento que estoy haciendo algo para ayudarme a mí mismo y a los demás.
Cuando conozcas a alguien con TLP, no tengas miedo de todas las emociones que presente, en su lugar, mira todos los regalos que su diagnóstico le ha dado, que pueden compartir contigo y con los demás. Aprenda de ellos a medida que ellos aprendan de usted, y el mundo crecerá a medida que usted crece. Sin aprender de los demás nos quedaremos estancados.
La fuerza viene en todas las formas y tamaños. Mi fuerza proviene de todo lo que he superado. Quizás tus fortalezas provienen del trabajo, la escuela, los deportes o simplemente los pequeños líos de la vida diaria. Sean lo que sean, te hacen más fuerte al igual que el TLP me hace más fuerte.