Romper (con un amigo) es difícil de hacer

Las rupturas son difíciles. Pueden ser emocionalmente agotadores, estresantes y aislantes. Si bien generalmente atribuimos la palabra "ruptura" a la disolución de una relación íntima (una pareja, matrimonio u otra persona significativa), romper con un amigo puede ser tan duro y solitario.

Las razones para una ruptura con una pareja o pareja pueden ser más claras: infidelidad, conflictos en valores y creencias o maltrato, pero a veces tenemos problemas para determinar si tiene sentido romper con un amigo.

Las amistades pueden desaparecer de forma natural: circunstancias como una mudanza y las transiciones de la vida, incluido el matrimonio o los hijos, pueden hacer que las amistades desaparezcan gradualmente. Pero, ¿cómo saber cuándo es necesario romper con un amigo? A continuación se muestran algunas señales de alerta para ayudar a identificar si un amigo en particular está contribuyendo a su bienestar, además de satisfacer sus necesidades emocionales.

Tu amigo es tóxico

Una persona tóxica es manipuladora o controladora y no la apoya. Si siente que hay un drama constante en su relación, o que la otra persona debe tener el control, por ejemplo, siempre eligiendo el restaurante o decidiendo los planes, entonces puede estar causando un desequilibrio en la relación. Este tipo de amigo puede contribuir a la ansiedad o al pavor porque cualquier tipo de interacción con él o ella puede significar que estás poniendo tus necesidades emocionales o intereses en segundo lugar.

Están en las gradas y no en la arena

Brené Brown en su libro Audazmente habla de aquellos en tu vida que pueden ser separados por estar "en la arena contigo" y aquellos "en las gradas". Los amigos con los que se siente constantemente juzgado o criticado pueden clasificarse como una relación "en las gradas". Este tipo de amigo te hace sentir "menos que" al usar palabras como "yo lo haría" o "deberías" y estás al margen diciéndote cómo vivir tu vida o qué estás haciendo mal. Brené dice que necesitas a alguien que esté contigo en la arena que esté "dispuesto a levantarte y desempolvarte cuando te pateen el trasero". Al evaluar la fuerza de una amistad en particular, puede darse cuenta de que esa persona siempre está en las gradas.

Hay un abuso de confianza

Ser vulnerable con alguien puede ser algo muy difícil. Pero en una relación sólida, la vulnerabilidad ocurre cuando te sientes emocionalmente seguro y apoyado. Sin embargo, si un amigo rompe su confianza en forma de chismes, violación de la confidencialidad o sentirse rechazado o sin apoyo al expresar sus sentimientos o necesidades emocionales, es posible que comience a repensar el futuro de su amistad.

Hace muchos años, rompí con un amigo, un amigo que conocía desde hacía mucho tiempo, con quien había pasado por muchos acontecimientos de la vida. A medida que envejecimos, la trayectoria de nuestras vidas cambió, así como nuestros sistemas de valores y creencias, que es normal y parte de la vida. Sin embargo, comencé a darme cuenta de que no me sentía bien conmigo mismo cuando pasaba tiempo con ella. Me sentí juzgado y criticado y había una ansiedad constante acerca de nuestras interacciones. Después de una conversación particularmente negativa, rompí con ella. No terminó bien. Mi excusa balbuceante para distanciarme y tratar de explicar y expresar cómo me sentía fue rechazada y me hicieron sentir loca e irracional por querer un tipo diferente de relación, una de empatía y amor incondicional.

Lamenté y lamenté esa relación durante mucho tiempo, culpándome por la desaparición de esa amistad. Pero a medida que pasaban los años, comencé a darme cuenta de que la vergüenza y la culpa que sentía eran los restos del desequilibrio en la relación. El final de esa amistad fue indicativo de la relación en su conjunto, desdeñoso, juzgador y crítico, y me dejó sintiéndome perdido y solo. Ahora sé que la relación y la ruptura definitiva eran necesarias para mi autoestima y para reconocer que merecía una amistad igualitaria, donde ninguna persona saca más provecho de la otra.

Sí, romper es difícil de hacer. Pero deja espacio para conexiones más profundas y satisfactorias con aquellos de quienes mereces consuelo, compasión y consideración positiva incondicional.

Referencias:

Brown, B. (2012).Atreverse mucho: cómo el coraje de ser vulnerable transforma la forma en que vivimos, amamos, somos padres y lideramos. Nueva York: Gotham Books.

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