Tu voz interior: ¿amiga o enemiga?

¿Quién es la persona con la que habla con más frecuencia?

Por qué, es usted mismo, por supuesto.

¿Y cuál es la naturaleza de esas conversaciones? ¿Suele ser duro, desagradable y punitivo acerca de quién es y de lo que ha hecho (o no ha hecho)? ¿Con frecuencia espera demasiado de usted mismo? ¿Eres tu propio peor enemigo? ¿Su auto-juicio perfora su corazón, desinfla su energía?

Si es así, es hora de tomar dos caminos para cambiar tu voz interior de enemigo a amigo.

El primer camino es desarrollar otra voz en tu cabeza, una que no sea dura ni mala, sino amable y tranquilizadora. Debe recordarte que "está bien; todos cometemos errores." Necesita asegurarle que lo que hizo (o no hizo) no es tan malo. Esta voz acepta sus faltas, reconoce sus debilidades y suavemente lo alienta a hacerlo mejor mañana.

Esta no es una tarea fácil. Si su voz interior está acostumbrada a ser desalentadora y desmoralizante, será difícil desarrollar una voz cariñosa y tranquilizadora. Sin embargo, no es tan difícil como la segunda tarea.

La segunda tarea requiere que elimines esa vieja voz de la infancia que te dice que no eres lo suficientemente bueno. No importa lo que hagas, podrías haberlo hecho mejor. No importa quién sea usted, no está a la altura. No importa cómo se vea, no se ve lo suficientemente bien. No importa lo que digan los demás; usted sabe la verdad.

Los pensamientos arcaicos son difíciles de erradicar porque llegas a creer todo lo que te repites. No importa si es verdad, si tiene un ápice de verdad o si es evidentemente falso.

Mucha gente no presta atención a su voz interior. Por lo tanto, no reconocen cuánto les puede estar frenando. No puede arreglar lo que no sabe. Por lo tanto, asegúrese de notar lo que se dice a sí mismo. Y etiquételo: amigo o enemigo.

Cada vez que tu voz interior sea un amigo, date un merecido puñetazo.

Cada vez que su voz interior sea un enemigo, cambie su juicio severo por una evaluación más amable. Un ejemplo: en lugar de referirse a sí mismo como un tonto ingenuo, observe cómo se equivocó. Luego, cree una estrategia para hacerlo mejor la próxima vez.

Los viejos hábitos tardan en desaparecer, por lo que puede llevar un tiempo notar un cambio significativo. Pero tenga la seguridad de que cada pequeño paso en la dirección correcta lo acerca a lo que quiere hacer y a quién quiere ser.

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