4 consejos sobre cómo los padres pueden ayudar a sus hijos a sanar después de un trauma

Cuando los niños, adolescentes y adultos jóvenes experimentan un trauma, la vida se siente diferente para ellos. Ver a alguien lesionarse o ser objeto de violencia puede ser una experiencia que altera la vida, incluso para los adultos.

No es de extrañar, entonces, que un evento amenazante o una experiencia abrumadora pueda afectar en gran medida la forma en que un niño percibe el mundo que lo rodea. También puede afectar su desarrollo y personalidad.

Hay varias formas en que los padres pueden aprender a ayudar a sus hijos a recuperarse de un trauma. Aquí hay cuatro consejos que los padres pueden probar y que deberían ayudar.

1. Aprenda a identificar los tipos de trauma que enfrentan los niños y los adultos jóvenes.

Eventos como el abuso sexual, experimentar un desastre natural o involucrarse en un accidente automovilístico grave, comúnmente vienen a la mente cuando se piensa en un trauma. Pero no todos los casos de trauma están tan bien definidos.

Tome la exposición a la violencia, por ejemplo. Los niños y los adultos jóvenes pueden sentir efectos profundos al presenciar la violencia en la televisión o en la escuela. Aunque el niño no experimentó la violencia de primera mano, el evento puede haberlo afectado negativamente, haciéndolo sentir inseguro o temiendo que le suceda algo malo.

El trauma varía a lo largo de la infancia, la adolescencia y la edad adulta emergente. Para los niños pequeños, una interrupción de su rutina normal, como la separación o el divorcio de los padres, puede resultar traumática. Adaptarse a una nueva situación de vida o ir a una nueva escuela puede resultar abrumadoramente estresante para el niño pequeño. En la vida de los adultos emergentes, el trauma puede ocurrir en forma de problemas en las relaciones íntimas, conflictos con los compañeros, dificultades con los académicos o pérdida del trabajo.

A menudo, el trauma hace que un adulto joven se sienta confundido acerca de su identidad personal o sus metas de vida. Como padres, tenga en cuenta que una amplia gama de eventos pueden considerarse traumáticos. Puede parecer que su hijo está reaccionando de forma exagerada a algo pequeño, pero si el niño o el adulto joven identifica que un evento fue traumático para ellos, es útil validar sus sentimientos.

2. Los padres pueden detectar una reacción traumática.

¿Qué sucede en términos de reacción, como respuesta inicial o duradera a eventos traumáticos abrumadores? Para empezar, el cerebro percibe un alto nivel de amenaza y empuja a la mente y al cuerpo a actuar en alerta roja. El sistema nervioso central entra en modo de defensa, afectando muchas funciones físicas, emocionales y mentales. Puede ser difícil dormir; comer; respirar; atención; estudiar; trabajo; socializar; expresar verbalmente; participar en actividades o calmarse. El trauma puede hacer que un niño se sienta nervioso; nervioso; media; asustado; preocupado; triste; y necesitado de atención.

Si nota que su hijo actúa de manera diferente; tener problemas para dormir; parecer molesto más fácilmente; mostrar un comportamiento inusualmente enojado o agresivo; si rompen las reglas o no terminan el trabajo escolar, pueden tener dificultades para procesar algo traumático. En lugar de concentrarse en el castigo, cambie de tema y dele a su hijo una atención positiva. Pasen tiempo juntos, dejando que su hijo elija la actividad. La respuesta de apoyo puede ayudar a su hijo a recuperar la sensación de seguridad después de sufrir un trauma.

3. Los padres pueden estar ahí para escuchar.

No existe un plan de recuperación de trauma único para todos que esté garantizado que funcione para todos. Para algunos, hablar de ello proporcionará un alivio muy necesario, mientras que para otros, no. El trauma puede crear sentimientos que simplemente no se pueden describir con palabras, especialmente para un niño o un adulto joven que no tiene el vocabulario o la práctica para compartir emociones difíciles.

Puede ayudar a su hijo a recuperarse del trauma ofreciéndose a escuchar. Hágale saber a su hijo que usted está allí, en caso de que quiera hablar. Exprese que quiere saber qué está pasando, pero que esperará, listo para escuchar, cuando él o ella sienta ganas de abrirse.

4. Los padres pueden modelar formas saludables de afrontar la situación.

Afecta positivamente la forma en que su hijo acepta los sentimientos negativos siendo un modelo a seguir. Practique habilidades saludables de afrontamiento de manera regular y su hijo podrá reconocer su comportamiento beneficioso. Modele formas de lidiar con el estrés diario. Cuando note que su hijo tiene dificultades después de sufrir un trauma, anímelo a que recurra a actividades relajantes y agradables para ayudarlo a liberar el estrés.

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