Enfrentar las emociones negativas puede hacerte más feliz
A nadie le gusta experimentar emociones negativas. Después de todo, son dolorosos. Nuestros cerebros están programados para buscar placer y evitar el dolor. Como tal, reprimimos los celos, la envidia, la vergüenza, la vergüenza, la culpa, el miedo y la ansiedad, reprendiéndonos por sentirnos de esa manera. Asociamos estos sentimientos con debilidad, sufrimiento en silencio y aislamiento.Enfrentar nuestras emociones negativas de manera constructiva, sin abandonar nuestro yo emocional, puede ayudarnos a lograr metas cruciales en la vida y a mantener relaciones que nos encaminen hacia un camino más feliz. Son señales de que algo anda mal y nos instan a realizar el tipo de cambios que nos salvan de comportamientos autodestructivos.
Aquí están las cuatro emociones negativas más comunes, junto con formas de enfrentarlas de manera constructiva.
Enfado
Cuando nos insultan, subestiman, aprovechan o nos faltan el respeto, nuestro ritmo cardíaco se acelera, sudamos más, tenemos dificultades para expresar nuestros pensamientos y nuestras capacidades racionales se van rápidamente por la ventana. Tragar la ira no es útil y puede provocar depresión y enfermedades físicas.
Consejo: afirmarnos de manera racional cuando estamos enojados nos brinda la oportunidad de recuperar el respeto por nosotros mismos. Es una señal para los demás de que tenemos fuerza, recursos y determinación.
Decepción
Experimentar la decepción es esencial para el desarrollo y el crecimiento. Si negamos esos sentimientos, no tendremos la motivación para crecer, cambiar y explorar.
Consejo: date permiso para sentirte triste y llorar. Luego, ajuste sus expectativas y cree metas que sean realistas y alcanzables. Si sus expectativas están en línea con sus objetivos, no se sentirá decepcionado con tanta frecuencia.
Miedo
Reaccionamos al miedo con una respuesta innata de lucha o huida crucial para nuestra supervivencia. A veces, sin embargo, nuestros miedos anticipados son imaginados. Las falsas alarmas regulares pueden convertirse en miedos irracionales, que son la base de la mayoría de los trastornos de ansiedad.
Consejo: es imperativo descifrar si tus miedos son racionales o irracionales, pero eso puede resultar difícil cuando estamos en modo de lucha o huida. Encuentre una estrategia de relajación que funcione para usted (respiración profunda, visualización, etc.). Una vez que baje su temperatura emocional, estará en un mejor lugar para descifrar qué miedos son realmente dignos de toda su atención.
Culpa
Cuando examinamos nuestros sentimientos de culpa, aprendemos de nuestros errores. A mayor escala, la culpa nos ayuda a funcionar como una sociedad civilizada. Es nuestra brújula moral y ética.
Consejo: aprenda a aceptar que cometerá errores, todos los cometemos. Una buena dosis de culpa a menudo asegura que no cometamos el mismo error dos veces. Pero es importante dejarlo ir después de tomar las medidas necesarias para reparar el error. No hacerlo contribuye a la depresión y la baja autoestima, lo que nos impide aprender de los errores.