Aprender a morir: manual para mortales

En cualquier librería, encontrará pasillos y pasillos de libros de autoayuda que nos enseñan cómo vivir más plenamente, cómo abrazar la vida con pasión y cómo envejecer de una manera que no envejecemos. ¿Pero cómo morir? ¿Me estás tomando el pelo? ¡DEPRIMENTE! Pero necesitamos desesperadamente un maestro en esta área. Porque cada uno de nosotros va a morir eventualmente, y qué bueno sería tener algunas pautas a medida que nos acercamos.

En su libro, Manual para mortales: guía para personas que enfrentan enfermedades graves, Los autores Joanne Lynn, MD, Joan Harrold, MD, y Janice Lynch Schuster, MFA discuten el tema de la muerte desde varias perspectivas: vivir con una enfermedad grave, ayudar a las familias a tomar decisiones acertadas, obtener la ayuda que necesita, controlar el dolor, planificar el futuro y perdida duradera. Es un manual completo e informativo para cualquier persona que esté viviendo con una enfermedad paralizante o terminal o para los miembros de la familia de un ser querido moribundo.

Tengo el honor de entrevistar a los autores aquí y preguntarles más sobre este tema tan importante.

1. ¿Cómo podemos ayudar a una persona a morir en paz?

Todos tenemos la noción de que una muerte pacífica sería más como quedarnos dormidos, que seríamos bastante viejos y moriríamos tranquilamente mientras dormíamos. Para la mayoría de nosotros, sin embargo, no es así como vendrá la muerte. En cambio, desarrollaremos enfermedades y afecciones con las que vivimos durante muchos meses o años. Estas enfermedades vienen con el conocimiento seguro de que, después de todo, somos seres mortales.

Las personas que viven con enfermedades mortales merecen estar cómodas y los síntomas más graves pueden controlarse con una atención cuidadosa y el uso cuidadoso de medicamentos y otros tratamientos. El manual brinda a los pacientes y sus familias una guía básica sobre lo que podría funcionar, qué alivio de los síntomas esperar y cómo solicitar, y planificar, una buena atención. Estar físicamente cómodo no garantiza una muerte pacífica, pero generalmente le da a la persona algunas oportunidades para lidiar con sus preocupaciones emocionales, espirituales y de relación.

A menudo, cuando escuchamos la noticia de que un ser querido está muriendo o está gravemente enfermo, sentimos una sensación de impotencia, de que simplemente no sabemos qué decir o hacer. No tenemos el idioma o tenemos miedo de decir algo incorrecto. El hecho es que pasamos la vida amando a los demás y, al final de la vida, confiar en lo que sabemos sobre amar y ser amado puede guiarnos. Al estar presentes, escuchándonos unos a otros, a través del tacto y el consuelo que son rasgos muy humanos, podemos ayudar a nuestros seres queridos a morir en paz.

Necesitamos reconocer que incluso cuando están muriendo, las personas tienen esperanzas, sueños, aspiraciones, miedos, recuerdos, todas las cosas que nos hacen humanos. Preguntar y honrar esos aspectos de la vida de una persona es una forma importante de ayudarla a morir en paz. Las personas moribundas a menudo esperan cosas aparentemente pequeñas: un buen día, una hora con un amigo, la oportunidad de orar o participar en algún ritual, y estar presente en esas esperanzas puede ser un regalo para su ser querido. De hecho, el Manual incluye una sección sobre cómo hablar con una persona muy enferma, y ​​muchos lectores nos han dicho que les ha dado las palabras para saber qué hacer, cómo actuar y qué decir.

2. ¿Cómo puede una persona procesar productivamente la pérdida?

Cerca del final de la vida, las personas enfrentan muchos tipos de pérdidas. Las personas con enfermedades graves se enfrentan a la pérdida del futuro; enfrentan las pérdidas que acompañan a la enfermedad, el deterioro físico que acompaña a una enfermedad grave, como cambios en la apariencia o el nivel de energía. Pueden enfrentar la pérdida de independencia o la pérdida de dignidad y privacidad asociadas con volverse más dependientes de los demás.

Soportar esas pérdidas puede ser difícil, pero hay formas en que las personas pueden sobrellevarlas y seguir adelante. Cada persona encontrará su propio camino a través de la pérdida. Algunos encuentran consuelo en el ritual y la oración; otros encuentran consuelo pasando tiempo en el mundo natural o rodeados de familiares y amigos. Otros encuentran significado al realizar actividades diarias, terminar proyectos, despedirse de sus seres queridos. Muchas personas se las arreglan escribiendo sus pensamientos y sentimientos, o participando en actividades de revisión de la vida que les permitan contar su historia y dar forma a un legado. El Manual incluye un capítulo sobre pérdidas duraderas, que ofrece consejos y apoyo para las personas que sufren su propia muerte y para aquellos que dejan atrás.

Mucha gente ha desarrollado teorías sobre el duelo, sobre las etapas y procesos que lo acompañan. El dolor puede abarcar muchas emociones que cambian rápidamente, desde la ira y la rabia hasta la depresión y el dolor. Estos no siempre ocurren de forma lineal y las personas pueden pasar de una emoción a otra durante muchos meses. A algunas personas les resulta útil participar en el asesoramiento sobre duelo o unirse a grupos de apoyo de otras personas que han sufrido una pérdida similar. Las personas que experimentan un duelo complejo, es decir, un duelo que abruma su capacidad para funcionar y vivir plenamente, pueden beneficiarse del asesoramiento profesional.

3. ¿Cuáles son algunas de las formas en que un ser querido agonizante puede pedir ayuda?

Cada persona tendrá diferentes necesidades y esperanzas derivadas de vivir con una enfermedad grave al final de la vida. Algunos pueden necesitar apoyo práctico para el cuidado de los niños: ayuda para realizar las actividades diarias, como limpiar la casa, pagar facturas o cuidar a los niños. Algunos pueden querer apoyo para los aspectos espirituales de la vida, para encontrar formas de irse total y significativamente a la muerte. Puede ser muy difícil pedir ayuda, especialmente si eres un adulto independiente que está acostumbrado a hacer malabares con muchas tareas y responsabilidades. La mejor manera de pedir ayuda es reconocer cuán dispuestas están las personas a brindarla. Su familia y amigos querrán ayudarlo, querrán pasar tiempo con usted y brindarle apoyo; pedir ayuda puede parecer incómodo, pero sus solicitudes serán bienvenidas.

Su médico puede ser una guía de recursos en la comunidad y puede indicarle organizaciones que ofrecen tipos de ayuda muy particulares, desde programas de salud en el hogar hasta servicios de hospicio. Su líder espiritual, su sacerdote o ministro o rabino o imán, también puede trabajar con usted y puede guiarlo hacia los recursos y apoyos que su comunidad tiene para ofrecer.

Sea honesto consigo mismo y con quienes le rodean. Manténgase abierto a la vida que tiene por delante. No permita que los temores de ser una carga para los demás le impidan pedirles ayuda y apoyo; al permitirles que te apoyen y ayuden, les estás dando un regalo y una oportunidad de expresar su amor y gratitud por tu presencia en sus vidas.


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