Para mejorar, comience a enseñar salud mental en la secundaria

¿Alguna vez se preguntó por qué no se enseña la salud mental en las escuelas? Probablemente no, si tiene la mentalidad convencional. Pero la mayoría de la población se ve afectada por enfermedades mentales.

El veinticinco por ciento de las personas presenta síntomas de diversos trastornos de salud mental en algún momento de sus vidas, diagnosticados o no (según estadísticas del Instituto Nacional de Salud Mental). Hay innumerables familiares, compañeros, amigos cercanos, vecinos y colegas que lo enfrentan, sin mencionar el efecto de la depresión, la ansiedad y los trastornos de la personalidad en nuestros lugares de trabajo y comunidad.

Esta información generalmente solo se enseña en las clases de psicología o salud pública de nivel universitario, para aquellos que quizás necesiten obtener una clase optativa más antes de graduarse. ¿No sería mejor si comenzáramos la educación en salud mental en la secundaria?

Algunos niños pueden comenzar a identificar lo que están pasando en casa con un padre enfermo; otros podrían comenzar a formular una forma de ser completamente nueva en lo que respecta al estrés y la tensión con los que se encontrarán a lo largo de la vida. Muchas vidas podrían cambiar potencialmente si los jóvenes desde la secundaria comenzaran a aprender los signos y síntomas.

Sin embargo, hay una dimensión completamente diferente de la enfermedad mental: cómo volverse mentalmente saludable. Ser mentalmente saludable implica no solo programas de bienestar que se centran en lo físico (yoga y nutrición, por ejemplo). Junto con el estudio de las enfermedades mentales, también existen enfoques, habilidades y estrategias conductuales para uno mismo, sus seres queridos y amigos, lo que proporciona un bálsamo para los afectados y una base para una conciencia de por vida sobre la salud mental.

¿Qué implica exactamente enseñar salud mental? Aunque la lista de enfermedades mentales es larga, los remedios para una buena salud mental para nosotros, quienes están cerca de nosotros y la población en general son más cortos.No se limita solo a terapias y medicamentos, sino que involucra lo que cada uno de nosotros puede hacer para aprender, comprender y poner en práctica buenas habilidades de afrontamiento. Ejemplos incluyen:

  • Aprender técnicas de atención plena para aliviar el estrés y ser capaces de detectar los desencadenantes del estrés en nuestra vida emocional y la de los demás.
  • Incorporar tácticas de tolerancia a la angustia que vayan más allá de nuestros patrones disfuncionales tempranos desde los años elementales (aquellos que nos protegieron del dolor de la mala dinámica familiar pero que nos servirán deficientemente después si no se transforman)
  • Aprender sobre la autoestima y lo que nos motiva a nosotros y a otras personas cercanas a nosotros, utilizándolo para comprender las relaciones, cambiar lo que necesitamos y podemos, y posiblemente mejorar la vida de los que están cerca.

Con los líderes y facilitadores adecuados, los estudiantes inmersos en escenarios de resolución de problemas de comportamiento y el estudio surgirán en el otro extremo mucho más equipados para abordar cuestiones tan difíciles. Si la salud mental se enseñara en las escuelas, la sociedad podría verse muy diferente.

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