3 maneras en que la consejería matrimonial puede ayudar a su relación

Recientemente, una pareja felizmente casada se encontró en medio de algunos problemas de comunicación difíciles.

Según él, no puede hablar con ella sobre los problemas importantes que surgen en las relaciones, por lo que nunca los resuelven. Ella piensa que simplemente supera los problemas más rápido que él y hablar rara vez funciona de todos modos, entonces, ¿cuál es el punto? Se dirigían directamente a un callejón sin salida.

Al poco tiempo, ambos se dieron cuenta de que las cosas no podían continuar así. Juntos, decidieron que era hora de ver a un consejero matrimonial.

Cuando las parejas (o individuos, para el caso) comienzan la terapia, es normal y se espera que tengan preguntas sobre el proceso. Comenzar la terapia de pareja es un acto de fe que requiere una acción valiente, y nosotros, como terapeutas, no tomamos esto a la ligera.

Entonces, ¿cómo funciona realmente la consejería matrimonial?

Si bien cada pareja es diferente, el proceso sigue un arco similar. Estas tres fases pueden ayudarlo a saber qué esperar de sus sesiones:

1. Identificar patrones.

Por lo general, los desafíos que enfrentan las parejas son el resultado de unos pocos patrones entre ellos. En esta primera etapa, su terapeuta lo ayudará a reconocer los patrones negativos justo debajo de la superficie y las diferentes formas en que se manifiestan en su relación.

En el caso de esta pareja, él quiere discutir las cosas con ella, se siente sin resolver cuando no lo hacen y luego siente que a ella no le importan él o la relación. Ella se siente abrumada por su intensidad, se congela y se las arregla evitando el contacto, lo que solo hace que él se sienta más frustrado e intenso. Estancamiento.

Ciclos como estos pueden desmitificarse y resolverse mediante el asesoramiento de parejas. Identificar los patrones le permitirá dar un paso atrás de los conflictos a medida que ocurren, evitando una mayor escalada. Al mismo tiempo, el terapeuta lo ayudará a enfatizar las fortalezas y recursos en su relación y aprenderá a nutrirlos.

2. Cambiar las causas subyacentes.

Una vez que haya identificado los patrones negativos que afectan su relación, su terapeuta lo ayudará a reconocer por qué están sucediendo y lo ayudará a cambiarlos.

Volviendo a nuestra pareja, en las sesiones descubrimos que él aprendió en su familia que nunca te vas a la cama enojado; si amas a alguien, siempre hablas de las cosas. Entonces, interpreta su distancia como una señal angustiosa de que ella no lo ama ni se preocupa por él. Por el contrario, proviene de una familia relativamente reservada que no hablaba de problemas. Para ella, si amas a alguien, no te aferras a las cosas. En cambio, sigues adelante y empiezas de nuevo.

Comprender el contexto de las reacciones de su pareja puede profundizar inmediatamente su empatía por el otro y facilitar la comunicación. A partir de ahí, es posible que solo se necesiten pequeños ajustes específicos para mejorar su relación.

3. Fortalecimiento de la intimidad.

En esta etapa final, su terapeuta lo ayudará a practicar e integrar los cambios que ha realizado. Puede concentrarse en comprender los estilos de conexión de cada uno y lo que los hace sentir más cercanos, o puede aprender a interactuar de una manera que satisfaga las necesidades y deseos de cada uno. Los cambios se adaptan a su dinámica particular como pareja, para que pueda mantenerlos a largo plazo.

¿El resultado para nuestra pareja? Aprendió a darle espacio y tiempo para procesar las cosas, mientras ella aprendía formas efectivas de comunicarse con él para que pudieran resolver sus discusiones.

Al hablar sobre lo que los hace sentir más amados, descubrieron cómo tranquilizarse mutuamente y al mismo tiempo mantenerse fieles a sí mismos. La consejería matrimonial los llevó efectivamente a una fase más satisfactoria de su relación.

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