Distinguir entre TOC y TAG en niños

Como le dirán muchos padres de niños con trastorno obsesivo compulsivo (TOC), obtener el diagnóstico correcto es la mitad de la batalla. Recibir el tratamiento adecuado es la otra mitad.

Es cierto que el TOC puede ser difícil de diagnosticar, especialmente en los niños. Los rituales son una parte importante de una infancia saludable y, a menudo, es difícil saber cuándo deberían ser motivo de preocupación. Este artículo puede ayudarlo a distinguir los rituales "normales" de los comportamientos que deberían generar una señal de alerta.

Incluso si usted y sus proveedores de atención médica reconocen que su hijo está lidiando con problemas de ansiedad, no siempre es fácil diferenciar entre el TOC y el trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Ambos pueden caracterizarse por la rumia, una mayor vigilancia y una intolerancia a la incertidumbre. Los expertos en TOC y trastornos de ansiedad deberían poder distinguir entre los dos, pero para otros puede ser bastante difícil. Para hacer las cosas aún más confusas, los dos trastornos también pueden ocurrir juntos.

Un estudio publicado en línea en octubre de 2018 en Depresión ansiedad tiene como objetivo facilitar el diagnóstico adecuado de estos dos trastornos. El estudio analizó las habilidades de los participantes en ciertos dominios cognitivos para determinar si esta información podría ser útil para diagnosticar el TOC y el TAG.

Los niños que participaron en el estudio habían sido diagnosticados con TOC, TAG o ninguno (grupo de control). Ninguno fue diagnosticado con TOC y TAG. El desglose incluyó a 28 participantes del estudio diagnosticados solo con TOC, 34 diagnosticados solo con TAG y 65 diagnosticados con ninguno. Este último grupo de niños fueron los controles de desarrollo típico (TDC). Se administraron las pruebas de Cambridge Neuropsychological Automated Battery (CANTAB) para comparar los siguientes desempeños cognitivos:

  • Memoria de trabajo
  • Memoria visuoespacial
  • Capacidad de planificación y eficiencia
  • Flexibilidad cognitiva

Los resultados fueron interesantes. Los participantes con trastorno obsesivo compulsivo requirieron más turnos en general para completar problemas de varios pasos que los otros dos grupos, mientras que aquellos con trastorno de ansiedad generalizada tenían más probabilidades de cometer errores de reversión que aquellos con TOC o el grupo de control. Aquellos con TAG también tardaron más en identificar patrones visuales.

Aunque aquellos con TOC y aquellos con TAG demostraron un funcionamiento cognitivo significativamente peor en comparación con el grupo de control, las deficiencias cognitivas de los niños y las dificultades con habilidades específicas dependieron del trastorno que se les había diagnosticado. Los niños con trastorno de ansiedad generalizada lucharon más con la flexibilidad mental y el procesamiento visual, y aquellos con trastorno obsesivo compulsivo mostraron peores capacidades de planificación.

Estos resultados son prometedores para ayudar a diagnosticar el TOC y el TAG en los niños. Sin embargo, se necesita más investigación. Para futuras investigaciones, los autores del estudio sugirieron el uso de formularios de informe de los padres, así como formularios de autoinforme. Las neuroimágenes y otros tipos de evaluaciones que miden las mismas habilidades cognitivas examinadas en el estudio discutido aquí también serían útiles.

Una de las razones por las que encuentro esta investigación tan interesante es el hecho de que, como muchos de nosotros sabemos, cuanto antes se diagnostica el trastorno obsesivo-compulsivo, antes se puede tratar adecuadamente, antes de que se arraigue profundamente. Lo mismo ocurre con el trastorno de ansiedad generalizada: cuanto antes, mejor. Cuanto más podamos diferenciar entre estos dos trastornos, más posibilidades tendremos de realizar diagnósticos más oportunos.

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