Cómo lidiar con la ira

La ira es una emoción que todos sienten. A pesar de lo que piensen algunas personas, es normal, está bien y es saludable enojarse. Desafortunadamente, muchas personas ven la ira como un sentimiento que se supone que debe evitarse. Pero en realidad no se puede evitar, porque es una emoción natural para todos nosotros. Es simplemente ser humano para enojarse.

La vida nos va a enfadar a todos a veces. Nuestro número de tarjeta de crédito es robado por tercera vez. Los vendedores telefónicos siguen llamando a nuestro teléfono. Tenemos que reunirnos con el maestro de nuestro hijo, nuevamente. Pero a menudo la ira nos hace saber que algo anda mal. Podríamos enojarnos cuando un compañero de trabajo nos habla de manera irrespetuosa o nos damos cuenta de que nuestro compañero ha estado enviando mensajes de texto a alguien de manera inapropiada.

Lo que puede hacer que la ira sea un problema es lo que hacemos con ella. Hacer un agujero en la pared es un problema. Gritarles a nuestros hijos es un problema. Obsesionarse por cómo alguien nos lastimó es un problema. Podemos vincular el enojo a todas estas acciones y culparlo, pero en realidad el problema no es el enojo, es lo que estamos haciendo con el sentimiento.

En mis clases de manejo de la ira con hombres, escucho habitualmente de arrebatos de ira que resultan en comportamientos preocupantes como los descritos anteriormente. Obviamente, estos comportamientos destructivos deben cambiar. Pero un error común sobre el manejo de la ira es que el objetivo es eliminar la ira. El objetivo es aprender a "manejar" la ira. Las clases se denominan "manejo" de la ira, no "eliminación" de la ira, por una razón.

Aquí hay una cita que a menudo se atribuye a Buda, pero probablemente de Alcohólicos Anónimos: "Aferrarse a la ira es como beber veneno y esperar que la otra persona muera".

Esta cita expone una de las trampas más peligrosas de la ira. Cuando nos sentimos enojados, a menudo queremos que alguien o algo más sienta dolor también. La mayoría de las veces nuestra ira no lastima a nadie más que a nosotros.Por lo tanto, comparar la ira con el veneno es una buena y útil analogía que podemos usar para comprender su poder y efecto.

¿Cómo nos mata la ira? La ira puede provocar problemas físicos como dolores de cabeza, hipertensión e incluso un infarto. Ser productivo puede ser difícil cuando estamos enojados. No podemos concentrarnos bien en nada productivo mientras estamos consumidos por quién o qué nos ha enfadado tanto. Aferrarse a la ira también puede ser muy destructivo para nuestras relaciones. Podemos atacar fácilmente a los más cercanos a nosotros, o ser impacientes e irritables.

Sin embargo, la ira puede ser buena para nosotros cuando la usamos y la manejamos correctamente. La ira no tiene por qué ser mala para nosotros si nos permitimos sentirla y reconocerla. No tiene por qué ser malo para nosotros si determinamos qué lo está causando y lo solucionamos en lugar de ignorarlo. Es cuando nos aferramos a la ira y dejamos que tenga un efecto destructivo en nosotros que la ira nos duele.

Empiece a ver la ira no como un enemigo que debe evitarse, sino como un amigo útil que debe controlar. Es entonces cuando le quitas su poder para destruirte y aprovechas su capacidad para ayudarte.

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