Esperar ser feliz te hace más feliz

¿Qué tan feliz esperas ser?

La respuesta a esa pregunta podría tener una gran influencia en lo feliz que se siente.

Un equipo de científicos dirigido por Robb Rutledge del Wellcome Trust Centre for Neuroimaging, University College London, descubrió que nuestros niveles de felicidad en el momento están influenciados por actividades, eventos y resultados.

Pero nuestras expectativas para esos eventos contribuyen a nuestra felicidad incluso antes de que ocurran. Por ejemplo, el simple hecho de reservar las vacaciones exóticas que ha estado esperando le hará sentirse feliz. mucho antes alguna vez terminas en la isla tropical.

Tenemos una verdadera oportunidad de ser felices por simplemente esperando ser feliz, según Rutledge.

No es de extrañar que la sugerencia o expectativa de felicidad nos lleve allí. Se ha demostrado durante mucho tiempo que la sugestión deliberada afecta nuestro estado de ánimo, comportamiento, curación e incluso nuestra memoria, según los científicos psicológicos Maryanne Garry, Robert Michael e Irving Kirsch.

La razón, dicen, es atribuible a algo llamado "expectativas de respuesta". Anticipar nuestra respuesta a una situación influye en cómo responderemos realmente. En otras palabras, una vez que esperas que suceda algo, tus comportamientos, pensamientos y reacciones contribuirán a hacer realidad esa expectativa.

Si reserva ese viaje, programa la boda o planifica la fiesta, probablemente tenga algunas expectativas razonables de que se divertirá y las cosas saldrán bien, lo que aumentará su felicidad en el momento.
Luego, automáticamente se dedica a planificar la boda o preparar el viaje de una manera que le brinde una mayor probabilidad de tener un evento fabuloso.

La sugerencia de un buen momento (es poco probable que alguien planee un evento condenado al fracaso) lo inspira a planificar y prepararse de una manera que asegure que lo pase bien.

Sin embargo, no necesita hacer grandes planes para encontrar momentos de felicidad y alegría en el medio de su vida diaria. En cambio, puede adoptar algunos hábitos en el momento que lo ayudarán a sentirse más feliz ahora y dejarlo con la sugerencia de felicidad futura.

La gratitud es una de esas prácticas en movimiento que pueden hacer que te sientas mejor sin importar qué tipo de drama esté sucediendo. Detente, respira hondo y da gracias en voz alta por algo que notes en este momento en este momento: tu respiración, el hermoso árbol fuera de tu ventana, el calor de tu abrigo, la comodidad de tu hogar, luego haz una pausa para permitir los sentimientos de gratitud por emerger.

La práctica de saborear también puede inspirar una sensación de felicidad rápida y persistente. Requiere que hagas una pausa por un minuto (al menos) y te des cuenta de tu experiencia. Fíjate, encuentra lo asombroso dentro de él y haz una pausa lo suficiente para disfrutar de todo eso.

Usando todos sus sentidos, busque algo interesante o inspirador en el mundo natural: una telaraña, la forma en que la nieve se balancea en una rama, las hojas que soplan, las sombras en la acera, y maravíllese con este elemento. Absorbe. Identifica las emociones que experimentas al notar esto y siéntate con él durante unos 30 segundos.

Estas prácticas le permiten sintonizarse con la experiencia del momento. Incluso en medio del desafío o la frustración, te ayudan a encontrar el asombro, la belleza y la alegría que existe.

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