El valor del rechazo en la amistad
Realmente no conozco a nadie que diga que le gusta la sensación de ser desafiado o criticado. Pero la realidad es que a menudo obtenemos más de las relaciones honestas y la crítica constructiva que nos dirá la verdad, incluso cuando duele.
Un amigo que siempre está de acuerdo contigo, nunca cuestiona tus motivos o decisiones, o te alaba incluso por la más básica expectativa de comportamiento, no es realmente un amigo. Eso se llama facilitador.
Es posible que esté familiarizado con el término "facilitador" en lo que respecta al mundo de la adicción. En este contexto, un facilitador es alguien que permite o incluso ayuda a un adicto a continuar con su comportamiento autodestructivo. Esta dinámica puede ser extremadamente compleja y no es una situación moral sencilla. Las relaciones interpersonales de un adicto a menudo están plagadas de codependencia y enfermedad mental, además de dependencia química. El Facilitador puede estar a merced de sus propias luchas, incapaz de ayudarse a sí mismo y mucho menos a nadie más.
A veces, los facilitadores son amigos o familiares con buenas intenciones que simplemente no pueden soportar causar más sufrimiento a su ser querido. Pero la verdad paradójica es que aplacar a alguien que se involucra en conductas autodestructivas no evita el sufrimiento. En algunos casos, solo lo prolonga. A menudo, en el contexto de la adicción, la verdadera transformación solo puede provenir de la utilización de recursos objetivos. Los amigos y los miembros de la familia desempeñan un papel de apoyo importante, pero pueden estar demasiado involucrados emocionalmente como para brindar el tipo de apoyo objetivo que solo se necesita para vencer la adicción.
Pero en el contexto de las decisiones cotidianas, esta dinámica no es tan compleja. Todos somos susceptibles al autoengaño y a actuar por motivos ocultos. Todos somos culpables en algún momento de darnos excusas para no perseguir algo que realmente queremos. Un amigo que no solo comprende cuáles son tus valores y objetivos, sino que te impulsa a perseguirlos, a pesar de la adversidad, puede ser valioso.
Un amigo que nos dé una retroalimentación saludable puede ayudarnos a ser realistas con nosotros mismos. Pueden ayudarnos a reflexionar objetivamente sobre nuestras decisiones y situaciones, de modo que podamos actuar de acuerdo con nuestros objetivos generales, y no solo con lo que podríamos querer a corto plazo.
Puede que no siempre sea cómodo tener un amigo como este e incluso pueden tener conflictos entre sí de vez en cuando. Pero el conflicto no es necesariamente algo malo. Los puntos de vista opuestos o las discusiones desafiantes pueden ayudarnos a crecer de maneras que quizás no nos hubiéramos dado cuenta de que necesitábamos. Amplían nuestros puntos de vista y nuestra comprensión de nosotros mismos y de los demás.
Siempre que su rechazo sea respetuoso y no cruce los límites personales, puede ser útil para ambos lados de la relación.
Tal vez te hayas encontrado en una situación en la que querías dar un rechazo, pero temías la reacción de tu amigo. Algunos de nosotros tememos a las críticas; incluso el tipo constructivo resultará en la revocación de la amistad o el amor.
En lugar de un consejo directo, intente plantearle a su amigo una pregunta simple y abierta, proveniente de un lugar de verdadera curiosidad. Esta práctica inocua es suficiente para protegerlo de la habilitación, al mismo tiempo que le da a su amigo la independencia y la responsabilidad de tomar sus propias decisiones. De esta manera, evita la percepción de emitir un juicio personal sobre la situación, pero aún puede señalar los factores que cree que es importante que su amigo considere.
Por ejemplo, si su amigo está deliberando entre dos oportunidades laborales y le pide su consejo, puede preguntarle sobre sus principales objetivos laborales y cómo cada opción se alinea con estos objetivos. Ayudar a su amigo a pensar en las oportunidades de manera crítica y objetiva es una función importante de la amistad. No solo hacer que se sientan mejor acerca de lo que desean en el momento.
Por supuesto, toda amistad necesita confianza. Para poder dar un retroceso objetivo en una amistad, primero deben tener una confianza establecida entre sí. Esta confianza se desarrolla con el tiempo, en muchos contextos e interacciones diferentes. Una vez establecida, esta confianza se profundiza aún más a medida que ambos reconocen la retroalimentación honesta que pueden darse el uno al otro al tomar decisiones difíciles.