3 actividades divertidas y sencillas para aprovechar el momento
Muchos de nosotros nos movemos en nuestros días como robots. Entonces, cuando queremos hacer cambios positivos en nuestras vidas, las cosas pueden complicarse. Eso es porque nuestra autoconciencia puede ser escasa.Según el terapeuta Andrew Peterson, EdD, en su libro Los próximos diez minutos: 51 formas absurdamente simples de aprovechar el momento, "Los grandes cambios en nuestras vidas comienzan con pequeños cambios en nuestro estado de ánimo". También comienzan dentro de las rutinas de nuestra vida diaria.
Cuando participamos en las actividades más mundanas atentamente, en realidad podemos efectuar cambios. Es como si abriéramos una puerta diferente, otra opción que no sabíamos que existía.
Usamos nuestros sentidos completamente. Nos volvemos más conscientes de las decisiones que estamos tomando. Es posible que obtengamos algo de claridad. Las cosas que parecían iguales pueden tener un tono diferente.
Aquí hay tres actividades sencillas, incluso aparentemente tontas, de Los próximos diez minutos eso te ayudará a salir del piloto automático y plantar las semillas del cambio.
1. Muévete como si estuvieras bajo el agua.
“Movernos en cámara lenta interrumpe la actividad insensible e insensata de nuestros cuerpos, haciéndolo intencional, resuelto y experimentado”, escribe Peterson.
Primero sugiere elegir una tarea simple, como quitar el polvo o doblar la ropa. A continuación, respire larga y lentamente, cierre los ojos e imagine que está bajo el agua. Luego continúe con su tarea. Sea deliberado con cada movimiento.
También puede ser útil repetir un sonido o una frase, como "Lentamente, despacio, despacio".
Los budistas ven la mente como un perro que ladra, según Peterson. Repetir un sonido o una frase es como darle a ese perro un hueso para que se calme.
2. Mire fijamente a la pared.
Peterson no está seguro de por qué mirar fijamente una pared tiene tan mala reputación, porque hacerlo con un propósito en realidad ayuda a "revelar la actividad exuberante y animada dentro de su propia mente". Establecer esos límites obliga a tu cerebro a crear novedades.
Elija una pared que no tenga nada más que pintura (un color sólido es lo mejor). Párese de seis a veinte centímetros de la pared. Minimice las distracciones (por ejemplo, silencie su teléfono). Estudia la pared, manteniendo la cabeza en la misma posición y el cuerpo quieto. Pero deja que tu atención se mueva libremente. Por ejemplo, es posible que se concentre en el color.
Luego deja que tus ojos se ablanden y difuminen. Deje que la superficie sólida de la pared se disuelva. “Trate de dejarse ver sin ver, de la misma manera que lo hace cuando cierra los ojos y observa los patrones en la parte posterior de los párpados”.
Finalmente, dé pasos pequeños y lentos lejos de la pared. Respire profundamente varias veces. Luego regresa a la pared, apoya las palmas de las manos en su superficie y siente que es un espacio sólido.
3. Decidir.
Peterson sugiere tomarse varios minutos para enfocar su conciencia en los movimientos físicos que generalmente parecen involuntarios, como estirarse, parpadear o cruzar las piernas.
"Experimente estos pequeños movimientos como elecciones conscientes y permítase tomar conciencia de los caminos que ha elegido no seguir en un momento dado".
Siéntese lo más quieto que pueda en una silla. Mantén tus ojos abiertos. Deje que sus brazos descansen a los lados y mantenga las piernas sin cruzar. Mire hacia adelante y respire normalmente. Observe lo que está haciendo su cuerpo, tal vez sus ojos estén escaneando la habitación, sin tomar una decisión consciente de tomar esas acciones.
A continuación, concentre su mente en una acción que tenga un principio y un final, como cruzar las piernas. Piense en cruzar las piernas, pero absténgase de hacerlo todavía. Observe lo que se siente al no actuar. Es posible que sienta una gran necesidad de cruzar las piernas. Sigue notando ese impulso sin hacer nada.
Luego, decida actuar. (O no. Como dice Peterson, "La quietud también es una decisión"). Muévase lentamente. Haga que cada movimiento sea deliberado. Intente "mantener la conciencia tanto de la acción física de su cuerpo como del acto mental de decidir".
Practique hacer otros movimientos, como parpadear o incluso respirar, intencionalmente. Por ejemplo, podría decirse lo siguiente: “Inhale. Espere. Exhalar." O: “Parpadea. Mira a la izquierda. Parpadea de nuevo ".
Simplemente movernos en nuestros días de manera más consciente ayuda a que nuestra mente cambie e incluso se vuelva creativa. También crea mini meditaciones, ayudándonos a relajarnos y recargar energías.