El poder de ser autocompasivo

Piense en un momento en el que fue demasiado crítico consigo mismo. Te miraste en el espejo y no te gustó lo que viste. Te dijiste que eras demasiado flaco o demasiado gordo o incluso demasiado normal.

Separaste la imagen mirándote. O olvidó algo importante, o cometió un error y se dijo a sí mismo que era estúpido o incompetente.

Las investigaciones demuestran que nuestros cerebros tienen un sesgo de negatividad, lo que significa que somos más sensibles a lo negativo que a lo positivo. Esto se debe a que en el entorno natural, las señales negativas eran un signo de problemas y, por lo tanto, ocupaban más de nuestra conciencia.

Nuestros cerebros han evolucionado de modo que somos muy sensibles a la información negativa. La respuesta de lucha o huida puede activarse en la amígdala del cerebro para aumentar nuestras posibilidades de supervivencia. Esto significa que tendemos a repetir la negatividad.

Debido a nuestras sociedades cada vez más competitivas, los investigadores especulan que está aumentando la tendencia a elegir el autocastigo en lugar de la autocompasión. De hecho, según el Centro Nacional de Información Biotecnológica, el 80 por ciento de la población mundial lucha por ser demasiado crítico con nosotros mismos.

Las personas a menudo creen que castigarse a sí mismas las mantendrá a raya y, en última instancia, las mantendrá a salvo. Desafortunadamente, la autocrítica puede conducir a una hostilidad generalizada (hacia uno mismo y hacia los demás), ansiedad y depresión. Los autocríticos también informan que sienten que tienen niveles de energía más bajos y, a menudo, se involucran inconscientemente en estrategias de auto-incapacidad, como la procrastinación. Estos son problemas que pueden evitar que las personas alcancen su máximo potencial y, sin embargo, esto se puede resolver con autocompasión.

La autocompasión, según la psicóloga Kristen Neff, es "la terminación del constante juicio de uno mismo y los comentarios internos despectivos que la mayoría de nosotros no reconocemos como dañinos". Básicamente, la autocompasión nos permite decir “Estoy pasando por un momento difícil. ¿Cuál es la forma más efectiva en que puedo consolarme ahora mismo? "

Caemos en patrones de autocrítica cuando nos autocriticamos y nos juzgamos a nosotros mismos cuando no alcanzamos nuestras metas. En cambio, podemos simplemente reconocer que cometer errores es parte de la experiencia humana y tomar la decisión de ser amables cuando más lo necesitamos.

Según un nuevo estudio realizado por las psicólogas educativas de la Universidad de Texas en Austin, Kristin Neff y Tasha Beretvas, las personas con autocompasión son mejores parejas en las relaciones. Ser bondadosos y solidarios con nosotros mismos nos ayuda a ser más bondadosos y solidarios con quienes nos importan.

Más sorprendente, dijo Neff, es el hallazgo de que:

las personas que se describían a sí mismas como autocompasivas también tendían a ser descritas por sus parejas como significativamente más afectuosas, íntimas y aceptantes en sus relaciones, además de otorgar más libertad y autonomía a las parejas. En contraste, las parejas describieron a los individuos con niveles más bajos de autocompasión como significativamente más controladores, distantes, dominantes y verbalmente agresivos.

Pero si la autocompasión es tan importante y tiene tantos beneficios, ¿por qué parece ser tan difícil? Tendemos a creer que la forma de mejorar es criticarnos constantemente por nuestras faltas.

Los psicólogos Christopher K. Germer y Sharon Salzberg dicen que "el cambio se produce de forma natural cuando nos abrimos al dolor emocional con una amabilidad poco común". La autocompasión comienza con pequeños pasos, como ser un poco menos autocríticos, y luego construir gradualmente nuestra autoaceptación a medida que nos volvemos más felices y más compasivos con nosotros mismos y los demás. El secreto de la autocompasión es aprender a ser más amable contigo mismo.

Afortunadamente, la autocompasión se puede aprender. Es una práctica que puede ayudarnos a todos a ser menos autocríticos y, al prevenir el estrés y la confusión, nos permite ser más felices, tener más éxito y prestar un mayor servicio a los demás. Debemos recordar que el poder de la autocompasión es más que una noción insustancial que en realidad no nos afecta. Los pensamientos y las emociones tienen el mismo efecto en nuestro cuerpo, ya sea que estén dirigidos a nosotros mismos o a los demás.

Las investigaciones sugieren que la autocompasión puede ser un poderoso detonante para la liberación de oxitocina. Se sabe que esta hormona aumenta los sentimientos de confianza, calma, seguridad, generosidad y conexión y también facilita la capacidad de sentir calidez y compasión por los demás.

La autocompasión es una forma de reflexionar sobre nosotros mismos. En lugar de juzgar apresuradamente lo que vemos, podemos abrazar lo que está justo frente a nosotros para trabajar positivamente para lograr nuestras metas. Cuando elegimos ser compasivos con nosotros mismos, estamos activamente haciendo nuestra parte para eliminar la voz en nuestra cabeza que nos impide movernos en una dirección positiva. También estamos aumentando nuestras posibilidades de éxito en todas las áreas de nuestras vidas.

Hazte un favor. Elige la compasión.

Referencias

Centro Nacional de Información Biotecnológica. Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., N.d. Web. 20 de diciembre de 2012.

Neff, Kristin. Autocompasión: Deja de castigarte y deja atrás la inseguridad. Nueva York: William Morrow, 2011.

Seppala, Emma. "Sientelo." El secreto mejor guardado de la felicidad. N.p., n.d. Web. 20 de diciembre de 2012.

Jeque, Usman. "Viaje de un emprendedor en serie". Viaje de un emprendedor en serie. N.p., n.d. Web. 19 de diciembre de 2012.

!-- GDPR -->