La genética puede dificultar una alimentación saludable

Las investigaciones emergentes pueden explicar por qué es difícil evitar comer ciertos alimentos, incluso cuando sabe que no son buenos para usted.

Las variantes genéticas que afectan la forma en que funciona nuestro cerebro pueden ser la razón, según un nuevo estudio. La nueva investigación podría algún día conducir a nuevas estrategias para capacitar a las personas para que disfruten y mantengan sus dietas óptimas.

El estudio se realizó en las Sesiones Científicas de la Sociedad Estadounidense de Nutrición y en la reunión anual durante la reunión de Biología Experimental 2017.

"La mayoría de las personas tienen dificultades para modificar sus hábitos alimentarios, incluso si saben que es lo mejor para ellos", dijo Silvia Berciano, becaria predoctoral de la Universidad Autónoma de Madrid.

“Esto se debe a que nuestras preferencias alimentarias y nuestra capacidad para trabajar hacia metas o seguir planes afectan lo que comemos y nuestra capacidad para cumplir con los cambios en la dieta. El nuestro es el primer estudio que describe cómo los genes cerebrales afectan la ingesta de alimentos y las preferencias dietéticas en un grupo de personas sanas ".

Aunque investigaciones anteriores han identificado genes involucrados con comportamientos observados en trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia, se sabe poco sobre cómo la variación natural en estos genes podría afectar los comportamientos alimentarios en personas sanas.

La variación genética es el resultado de sutiles diferencias de ADN entre individuos que hacen que cada persona sea única.

Para el nuevo estudio, los investigadores analizaron la genética de 818 hombres y mujeres de ascendencia europea y recopilaron información sobre su dieta mediante un cuestionario. Los investigadores encontraron que los genes que estudiaron desempeñaban un papel importante en las elecciones de alimentos y los hábitos dietéticos de una persona.

Por ejemplo, una mayor ingesta de chocolate y un tamaño de cintura más grande se asociaron con ciertas formas del gen del receptor de oxitocina, y un gen asociado a la obesidad desempeñó un papel en la ingesta de vegetales y fibra.

También observaron que ciertos genes estaban involucrados en la ingesta de sal y grasas.

Los nuevos hallazgos podrían usarse para informar enfoques de medicina de precisión que ayuden a minimizar el riesgo de una persona de enfermedades comunes, como diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer, adaptando la prevención y la terapia basadas en la dieta a las necesidades específicas de un individuo.

“El conocimiento adquirido a través de nuestro estudio allanará el camino para una mejor comprensión de la conducta alimentaria y facilitará el diseño de consejos dietéticos personalizados que serán más receptivos para el individuo, lo que resultará en un mejor cumplimiento y resultados más exitosos”, dijo Berciano.

Los investigadores planean realizar investigaciones similares en otros grupos de personas con diferentes características y etnias para comprender mejor la aplicabilidad y el impacto potencial de estos hallazgos.

Fuente: Universidad Autónoma de Madrid / EurekAlert

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