Un estudio encuentra que al menos 1 de cada 4 adolescentes alemanes se autolesiona

Un nuevo estudio alemán encuentra que del 25 al 35 por ciento de los adolescentes en el país se han infligido intencionalmente lesiones a sí mismos al menos una vez en su vida, y algunos jóvenes se autolesionan de forma regular.

Estas cifras dan a Alemania una de las tasas de prevalencia de autolesiones más altas entre los países europeos. Los investigadores presentan la última evidencia sobre autolesiones no suicidas en adolescentes en el número actual de la revista. Deutsches Ärzteblatt International. También discuten las pautas de tratamiento.

La autolesión no suicida se define como un daño directo, repetitivo y socialmente inaceptable a los tejidos corporales sin ninguna intención suicida. Con este fin, los jóvenes que se autolesionan con mayor frecuencia se cortan, rascan o queman la superficie de la piel, por ejemplo, o golpean partes del cuerpo (como la cabeza) contra objetos y lesionan la piel o los huesos en este camino.

Según el autor del estudio Paul L. Plener y sus coautores del Hospital de la Universidad de Ulm, las autolesiones no suicidas a menudo sirven para ayudar a controlar los estados emocionales negativos.

Muchas personas que se autolesionan dicen que el dolor físico ayuda a ahogar el dolor emocional. A veces, lastimarse estimula las endorfinas u hormonas analgésicas del cuerpo, elevando así el estado de ánimo.

Se han identificado varios factores de riesgo para las personas que pueden autolesionarse, siendo los principales el acoso, las afecciones psiquiátricas comórbidas y el abuso y la negligencia en la infancia. En los últimos años, la investigación neurobiológica ha demostrado que las personas que se autolesionan a menudo tienen anomalías cuando se trata de afrontar el estrés.

Además, los investigadores han descubierto que después de repetidos actos de autolesión no suicida, los pacientes tienden a ganar un umbral mayor para el dolor, lo que permite actos de daño más intensos.

El tratamiento para las autolesiones no suicidas suele ser alguna forma de psicoterapia que puede ayudar a los pacientes a aprender nuevos mecanismos de afrontamiento del estrés. Los investigadores afirman que durante el tratamiento deberán tenerse en cuenta otras comorbilidades mentales.

Pero aunque se ha demostrado que las intervenciones psicoterapéuticas reducen con éxito la frecuencia de las autolesiones, ningún enfoque terapéutico ha demostrado una superioridad clara. Los estudios controlados aleatorios en adolescentes han mostrado efectos de pequeños a moderados después de la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia conductual dialéctica (TDC) y el tratamiento basado en la mentalización.

Hasta el momento, no se ha encontrado ningún fármaco psicoactivo que posea una eficacia específica en el tratamiento de las autolesiones no suicidas.

En los EE. UU., La investigación ha demostrado que la autolesión ocurre en aproximadamente el 15 por ciento de los adolescentes y hasta en el cuatro por ciento de los adultos. Los estudios muestran un riesgo aún mayor de autolesión entre los estudiantes universitarios, con tasas que oscilan entre el 17 y el 35 por ciento.

Fuente: Deutsches Ärzteblatt International

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