El Parkinson está relacionado con el riesgo de cáncer de próstata

Los investigadores creen que han encontrado evidencia que relaciona la enfermedad de Parkinson con un mayor riesgo de cáncer de próstata y melanoma. La asociación también puede incluir un mayor riesgo de cáncer entre parientes cercanos y lejanos de personas con la enfermedad de Parkinson (EP).

Investigadores de la Universidad de Utah dicen que esta es la primera vez que se ha informado de un mayor riesgo de cáncer de próstata en la enfermedad de Parkinson (aunque se sospecha un vínculo con el melanoma).

Históricamente, los estudios han sugerido que las personas con EP tienen una tasa general menor de cáncer, con la notable excepción del melanoma, la forma más grave de cáncer de piel.

Esta relación se encontró en familiares de primer grado con un entorno compartido, lo que limita las investigaciones sobre si un entorno genético o de entorno común contribuyó al vínculo entre la EP y el melanoma.

Ahora los investigadores tienen una visión diferente.

"Los trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Parkinson pueden compartir mecanismos comunes que causan enfermedades con algunos cánceres", dice Stefan-M. Pulst, M.D., profesor y presidente del departamento de neurología de la Universidad de Utah y coautor de este estudio.

"Utilizando la base de datos de población de Utah, pudimos explorar la asociación de la EP con diferentes tipos de cáncer al estudiar el riesgo de cáncer en las personas con EP, así como en sus parientes cercanos y lejanos".

Los investigadores identificaron a casi 3.000 personas con al menos tres generaciones de datos genealógicos que tenían la EP como causa de muerte.

Los investigadores descubrieron que el riesgo de cáncer de próstata y melanoma dentro de esta población con EP era significativamente mayor de lo esperado. También observaron un mayor riesgo de cáncer de próstata y melanoma entre los familiares de primer, segundo y tercer grado de estas personas con EP, aunque el riesgo excesivo de melanoma en los familiares de tercer grado no alcanzó significación estadística.

“En nuestro estudio, no solo identificamos un mayor riesgo de cáncer de próstata y melanoma entre las personas con EP y sus familiares, sino que también establecimos un riesgo recíproco de EP entre las personas con estos dos cánceres y sus familiares”, dijo Pulst.

"En conjunto, estos datos apoyan firmemente una asociación genética entre la EP y el cáncer de próstata y el melanoma".

Sin embargo, para algunas afecciones, también se cree que los factores ambientales juegan un papel en el desarrollo de la enfermedad. Por ejemplo, las personas con EP demostraron un menor riesgo de cáncer de pulmón, un hallazgo que no se extendió a ninguno de sus familiares. Esto sugiere que los factores ambientales, más que genéticos, podrían ser responsables de esta asociación.

“Nuestros hallazgos apuntan a la existencia de cambios fisiopatológicos subyacentes que son comunes a la EP, el cáncer de próstata y el melanoma”, dijeron los investigadores. "Explorar los vínculos genéticos precisos entre estas enfermedades podría mejorar nuestra comprensión de la EP e influir en las estrategias para la detección del cáncer de próstata y piel".

Fuente: Ciencias de la Salud de la Universidad de Utah

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