La gripe severa aumenta el riesgo de Parkinson

Contraer influenza grave duplica las posibilidades de que una persona desarrolle la enfermedad de Parkinson más adelante en la vida, según una nueva investigación.

Pero los investigadores de la Universidad de Columbia Británica señalan que lo contrario es cierto para las personas que contrajeron un caso típico de sarampión rojo cuando eran niños: tienen un 35 por ciento menos de probabilidades de desarrollar Parkinson, un trastorno del sistema nervioso caracterizado por lentitud de movimiento, temblores, rigidez y, en las últimas etapas, pérdida del equilibrio.

Los hallazgos, de investigadores de la Escuela de Población y Salud Pública de la universidad y del Centro de Investigación de Pacific Parkinson, fueron publicados en la revista. Trastornos del movimiento.

Se basan en entrevistas con 403 pacientes de Parkinson y 405 personas sanas en Columbia Británica, Canadá.

La enfermedad de Parkinson se produce cuando se destruyen las células cerebrales que producen el neurotransmisor dopamina, lo que impide que el cerebro transmita mensajes a los músculos. La enfermedad suele afectar a personas mayores de 50 años.

Aunque algunos casos son de origen genético, la causa de la mayoría de los casos aún se desconoce. Las posibles explicaciones incluyen traumatismos craneales repetidos o exposición a virus o compuestos químicos, dijeron los investigadores.

La investigadora principal Anne Harris también examinó si la exposición ocupacional a las vibraciones, como la operación de equipos de construcción, tenía algún efecto sobre el riesgo de Parkinson.

En otro estudio, publicado en línea este mes por el Revista Estadounidense de Epidemiología, ella y sus colaboradores informaron que la exposición ocupacional en realidad redujo el riesgo de desarrollar la enfermedad en un 33 por ciento, en comparación con las personas cuyos trabajos no implicaban exposición.

Mientras tanto, descubrió que las personas expuestas a vibraciones de alta intensidad al conducir motos de nieve, tanques o botes de alta velocidad tenían un riesgo consistentemente mayor de desarrollar Parkinson que las personas cuyos trabajos implicaban vibraciones de menor intensidad (por ejemplo, operar vehículos de carretera).

El riesgo elevado no alcanzó la significación estadística que se usa normalmente para establecer una correlación, pero fue lo suficientemente fuerte y consistente como para sugerir una vía para estudios adicionales, dijo Harris.

"No existen curas ni programas de prevención para el Parkinson, en parte porque todavía no entendemos qué lo desencadena en algunas personas y no en otras", dijo Harris. "Este tipo de laborioso trabajo de detective epidemiológico es fundamental para identificar los mecanismos que podrían estar en funcionamiento, lo que permite el desarrollo de estrategias de prevención eficaces".

Fuente: Universidad de Columbia Británica

!-- GDPR -->