Ancianos en riesgo de mala salud en un centro de vida asistida
Una gran parte de la población anciana pasa los años que le quedan en centros de vida asistida. Nuevos estudios han sacado a la luz los efectos que este tipo de instalaciones tienen en el bienestar físico y mental de una persona mayor.
La investigación realizada en Los Ángeles por la autora principal Jennifer Martin, PhD de la Universidad de California en Los Ángeles y el Sistema de Salud de VA Greater Los Angeles sugiere que el 65 por ciento de los ancianos en las instalaciones de vida asistida no pueden dormir las cantidades necesarias de sueño. necesidad de mantener una buena salud.
“Nuestro estudio ha demostrado que la alteración del sueño puede tener consecuencias negativas entre este grupo vulnerable de personas mayores”, dijo Martin. Actualmente, se estima que hay entre 611.000 y más de un millón de residentes mayores que viven en instalaciones de vida asistida.
El estudio indagó sobre los comportamientos de sueño de 121 personas que viven en instalaciones de vida asistida. De este grupo, la mayoría informó haber dormido menos de un promedio de seis horas por noche, con aproximadamente una hora y media de siestas durante el día.
La falta de sueño tiene efectos negativos en cualquier persona, especialmente en la edad adulta.
Las personas mayores habían informado tener problemas importantes para dormir durante la noche. Citaron las alteraciones del sueño como un problema principal. Por alguna razón u otra, se despertaban en medio de la noche o temprano en la mañana. Una vez despiertos, las personas mayores tendrían problemas durante 30 minutos antes de poder volver a dormirse.
Los participantes en este estudio mostraron que después de solo seis meses de estar en un centro de vida asistida, su calidad de vida empeoró. No podían realizar tareas sencillas como bañarse, vestirse e incluso arreglarse sin ayuda. En este corto período de tiempo, los síntomas de la depresión habían surgido, un problema nada sorprendente que puede ocurrir con la falta de sueño.
Nunca se identificó por qué las personas mayores dormían menos. Sin embargo, el estudio proporciona evidencia de que hay formas en que las instalaciones pueden mejorar la calidad de su atención y, por lo tanto, mejorar el estilo de vida de sus residentes.
“A diferencia de algunos predictores del deterioro funcional y la depresión, existen tratamientos establecidos y efectivos para mejorar el sueño”, dijo Martin, quien sugiere que los estudios futuros deberían buscar formas de adaptar las técnicas que pueden ser utilizadas por las instalaciones de vida asistida para promover la salud física y mental en personas mayores.
Las instalaciones también podrían incorporar técnicas como alterar el entorno y brindar terapia de luz a sus residentes.