La ciencia cognitiva ayuda a desentrañar el poder de la narración

El arte de contar historias tiene orígenes antiguos, ya que los seres humanos han confiado en él para participar, compartir emociones y relatar experiencias personales. Un nuevo estudio canadiense encuentra que no importa cómo se exprese una narración, a través de palabras, gestos o dibujos, nuestros cerebros se relacionan mejor con los personajes, centrándose en los pensamientos y sentimientos del protagonista.

“Contamos historias en conversaciones todos los días”, dijo el Dr. Steven Brown, autor principal del estudio, que dirige el Laboratorio de NeuroArts en la Universidad McMaster y es profesor asociado en el Departamento de Psicología, Neurociencia y Comportamiento. "Al igual que las historias literarias, nos relacionamos con los personajes y estamos programados para hacer historias orientadas a las personas".

El estudio aparece en el Revista de neurociencia cognitiva.

Los investigadores querían aprender cómo se comunican las ideas narrativas utilizando tres formas diferentes de expresión e identificar un llamado centro narrativo dentro del cerebro.

Para hacer esto, los investigadores escanearon los cerebros de los participantes usando fMRI ya que se les presentaron breves titulares. Por ejemplo, los escáneres cerebrales ocurrieron mientras se les decía a los participantes "El cirujano encuentra tijeras dentro del paciente" o "El pescador rescata al niño del lago helado".

A continuación, se pidió a los participantes que transmitieran las historias mediante el habla, los gestos o el dibujo, como se haría en un juego de Pictionary. Las ilustraciones se crearon utilizando una tableta de dibujo compatible con MRI que permitió a los participantes ver sus dibujos.

Los investigadores encontraron que no importa qué forma de narración de historias usaran los participantes, las redes cerebrales que se activaron fueron la red de "teoría de la mente", que se ve afectada por las intenciones, motivaciones, creencias, emociones y acciones del personaje.

“Aristóteles propuso hace 2.300 años que la trama es el aspecto más importante de la narrativa, y ese personaje es secundario”, dijo Brown.

Los nuevos hallazgos parecen ir en contra de esta creencia, ya que los individuos se relacionan con una orientación más personal.

"Los resultados de nuestro cerebro muestran que las personas se acercan a la narrativa de una manera fuertemente centrada en el personaje y psicológica, centrada en los estados mentales del protagonista de la historia".

La investigación posterior comparará la narración y la actuación para determinar qué sucede cuando contamos historias en tercera persona o retratamos personajes en primera persona.

Fuente: Universidad McMaster

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