El desarrollo del cerebro parece ser diferente en los niños que tartamudean

Una nueva investigación muestra que los niños que tartamudean tienen menos materia gris en las regiones clave del cerebro responsables de la producción del habla que los niños que no tartamudean.

El estudio muestra la importancia de buscar tratamiento temprano, según Deryk Beal, Ph.D., director ejecutivo del Instituto de Investigación y Tratamiento de la Tartamudez de la Universidad de Alberta.

Señala que investigaciones anteriores utilizaron escáneres de resonancia magnética para observar las diferencias estructurales entre los cerebros de los adultos que tartamudean y los que no.

El problema con ese enfoque es que las exploraciones se realizan años después del inicio de la tartamudez, que generalmente ocurre entre las edades de dos y cinco años, dijo.

“Nunca se puede estar seguro de si las diferencias en la estructura o función del cerebro que está observando fueron el resultado de toda una vida de lidiar con un trastorno del habla o si esas diferencias cerebrales existieron desde el principio”, explicó Beal, un discurso- patólogo del lenguaje.

Para su estudio, Beal escaneó los cerebros de 28 niños de entre cinco y 12 años. A la mitad se les diagnosticó tartamudez; la otra mitad sirvió como control.

Los resultados mostraron que la región de la circunvolución frontal inferior del cerebro se desarrolla de manera anormal en los niños que tartamudean, informó el investigador.

Esto es importante porque se cree que esa parte del cerebro controla la codificación articulatoria: toma la información que nuestro cerebro comprende sobre el lenguaje y los sonidos y la codifica en movimientos del habla, explica.

"Si piensa en las características de la tartamudez (repeticiones de los primeros sonidos o sílabas de una palabra, prolongación de sonidos en una palabra), es fácil suponer que se trata de un problema de control motor del habla", dijo.

Beal, quien comenzó su investigación en la Universidad de Toronto y la completó en la U of A, ve los resultados como un primer paso hacia las pruebas para ver cómo los volúmenes de materia gris se ven influenciados por el tratamiento de la tartamudez. También debería aumentar la comprensión sobre las diferencias de aprendizaje de secuencias motoras entre los niños que tartamudean y los que no, señala.

"Cuanto más sepamos sobre el aprendizaje motor en estos niños, más podremos ajustar nuestro tratamiento: administrarlo en un período de tiempo más corto, administrarlo de manera más eficaz", dijo.

El estudio fue publicado en la revista Corteza.

Fuente: Universidad de Alberta

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