La búsqueda de diversión para adolescentes tiene riesgos y beneficios sociales
Un nuevo estudio encuentra que la participación en conductas de riesgo durante la adolescencia puede conducir a una mayor asunción de riesgos, pero también puede conducir a una mayor preocupación por los derechos, sentimientos y bienestar de otras personas.
Investigadores de los Países Bajos realizaron un estudio longitudinal para determinar si la adopción de comportamientos de riesgo (como el consumo excesivo de alcohol) y el avance de los comportamientos prosociales (preocupación por los demás) están relacionados y si ciertas regiones del cerebro pueden predecirlos.
El estudio encontró que los dos comportamientos pueden estar relacionados y que ambos comportamientos pueden estar motivados por los esfuerzos de los adolescentes por divertirse.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Leiden y la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, aparece en Desarrollo infantil, una revista de la Society for Research in Child Development.
“Buscamos probar las vías que apoyan el desarrollo de comportamientos rebeldes y útiles en los adolescentes”, explica Neeltje E. Blankenstein, investigadora postdoctoral de la Universidad de Leiden.
“Debido a que la adolescencia a menudo se asocia con estereotipos negativos, nuestros hallazgos brindan una visión más matizada del desarrollo adolescente al enfocarse en la relación entre la asunción de riesgos y el comportamiento prosocial”.
Los investigadores examinaron a 210 jóvenes que formaron parte del estudio Braintime, una investigación longitudinal realizada en los Países Bajos en 2011, 2013 y 2015. Los participantes tenían entre 8 y 25 años al comienzo del estudio, y entre 10 y 27 años cuando fueron encuestados el segundo. tiempo, y de 12 a 29 años cuando fueron encuestados por última vez.
Los participantes completaron cuestionarios cada vez que fueron encuestados, informando con qué frecuencia se involucraron en comportamientos rebeldes y prosociales. También informaron sobre su tendencia a buscar actividades divertidas o gratificantes, y sus habilidades sociales, específicamente, la empatía y la toma de perspectiva social. Estas habilidades se definieron como la capacidad de comprender los puntos de vista de los demás (por ejemplo, comprender ambos lados cuando dos compañeros no están de acuerdo).
Cada vez que fueron encuestados, a los participantes se les realizó una resonancia magnética para medir la maduración de dos regiones del cerebro: el núcleo accumbens y la corteza prefrontal medial. Los datos obtenidos ayudaron a determinar si estas áreas, que son importantes para la toma de riesgos y el comportamiento prosocial, predijeron los comportamientos.
La última vez que fueron encuestados, los participantes informaron sobre sus comportamientos rebeldes o arriesgados, como emborracharse y fumar, y sobre sus comportamientos prosociales, como ayudar y consolar a los demás.
Los investigadores encontraron que:
• La rebeldía aumentó desde la adolescencia temprana hasta la adolescencia tardía antes de descender a la edad adulta, y el comportamiento prosocial alcanzó su punto máximo a mediados o finales de la adolescencia.
• El comportamiento rebelde y el comportamiento prosocial estaban relacionados positivamente entre sí, incluso cuando se controlaba por edad; es decir, cuanto más comportamiento arriesgado mostraba un adolescente, más probabilidades había de comportarse de manera prosocial.
• Se predijo un comportamiento más prosocial mediante más empatía y mayores aumentos a largo plazo en la toma de perspectiva.
• Se predijo un comportamiento más arriesgado mediante un mayor aumento en lo que los autores denominaron búsqueda de diversión: la tendencia a buscar actividades divertidas y emocionantes.
• Al mismo tiempo, este rasgo de búsqueda de diversión también predijo un comportamiento más prosocial, lo que sugiere que la búsqueda de diversión lleva a algunos adolescentes a desarrollar conductas de riesgo y a otros a desarrollar conductas prosociales. Esto sugiere que los mismos procesos de desarrollo pueden resultar en ambos tipos de comportamientos, señalan los autores. La búsqueda de diversión también predijo una combinación de alto riesgo y alto comportamiento prosocial, lo que indica que algunos adolescentes son tomadores de riesgos prosociales.
• El estudio señaló algunas pruebas de que el desarrollo cerebral adolescente más rápido (es decir, madurez más rápida) de la corteza prefrontal medial predijo un comportamiento menos rebelde. Se ha encontrado que la activación de esta región se relaciona con la asunción de riesgos, y este estudio mostró que el desarrollo estructural más rápido a largo plazo de esta región también predice la asunción de riesgos.
Los autores del estudio reconocen que el análisis tiene limitaciones en el sentido de que los cuestionarios midieron solo los comportamientos de interés para el estudio y no consideraron la toma de riesgos y el comportamiento prosocial en el laboratorio o en la vida real.
Recomiendan que los estudios de seguimiento prueben una gama más amplia de comportamientos rebeldes y útiles e incluyan experimentos en el laboratorio. Además, debido a que los cuestionarios se basaron en autoinformes, los autores dicen que pueden estar sesgados por la deseabilidad social, es decir, por que los participantes respondan de la manera que pensaron que los haría lucir mejor.
"Nuestro estudio sugiere que la búsqueda de diversión puede ser un rasgo que conduce a diversos aspectos del desarrollo adolescente, y que la adolescencia es una época de vulnerabilidades, que se ven en la toma de riesgos, y oportunidades, que se ven en los comportamientos de ayuda", según Eva H. Telzer. , profesor asociado de psicología y neurociencia en la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, quien codirigió el estudio.
"También sugiere que la asunción de riesgos puede servir para objetivos positivos, por ejemplo, cuando los adolescentes se arriesgan para ayudar a otros".
Fuente: Sociedad de Investigación en Desarrollo Infantil