Los bebés sensibles a los rostros temerosos tienden a volverse niños pequeños altruistas

Los bebés que responden mejor a la emoción del miedo en el rostro de otra persona tienden a convertirse en niños pequeños más altruistas, según un nuevo estudio publicado en la revista de acceso abierto. PLOS Biología.

El comportamiento altruista, como ayudar a un extraño necesitado, se considera una característica clave de la cooperación en las sociedades humanas. Sin embargo, nuestra tendencia a participar en comportamientos compasivos y desinteresados ​​varía considerablemente en nuestra sociedad, desde donantes de riñón extraordinariamente altruistas hasta psicópatas altamente antisociales.

Investigaciones anteriores han sugerido que una mayor sensibilidad a los rostros temerosos está relacionada con niveles elevados de comportamiento prosocial. Específicamente, la respuesta de una persona al ver a otros en peligro (mostrando miedo) parece ser un proceso clave relacionado con las tendencias altruistas, donde los donantes de riñón muestran una mayor sensibilidad y los psicópatas muestran una menor sensibilidad a los rostros temerosos.

A nivel del cerebro, la amígdala muestra respuestas disminuidas a rostros temerosos en psicópatas y respuestas mejoradas en donantes de riñón altamente altruistas.

En el nuevo estudio, los investigadores prueban la hipótesis de que este vínculo existe en las primeras etapas del desarrollo humano. El líder del estudio, el Dr. Tobias Grossmann, y sus colegas siguieron los movimientos oculares de los bebés de siete meses para examinar si su atención y respuesta al ver la emoción en los rostros de otras personas podían predecir el comportamiento altruista a los 14 meses de edad.

Los hallazgos muestran que la atención de los bebés a los rostros temerosos, pero no a los rostros felices o enojados, podría predecir efectivamente el comportamiento altruista en la infancia. Específicamente, los bebés que mostraron una mayor atención inicial a (como un primer vistazo prolongado) seguido de una mayor desconexión de las caras de miedo a los 7 meses mostraron un mayor comportamiento prosocial a los 14 meses de edad.

Además, el sesgo de atención de los bebés hacia rostros temerosos y su comportamiento altruista fue predicho por las respuestas cerebrales en la corteza prefrontal dorsolateral medidas a través de espectroscopía funcional de infrarrojo cercano.

Esto sugiere que, desde las etapas más tempranas del desarrollo humano, la variabilidad en el comportamiento de ayuda altruista está relacionada con nuestra capacidad de respuesta al ver a otros en peligro, así como con los procesos cerebrales implicados en el control de la atención.

"Estos hallazgos avanzan críticamente nuestra comprensión de la aparición del altruismo en los seres humanos al identificar la capacidad de respuesta al miedo en los demás como un precursor temprano que contribuye a la variabilidad en el comportamiento prosocial", dijo Grossmann, del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas (MPI CBS ) y la Universidad de Virginia, y primer autor del artículo.

Con base en estos hallazgos, se puede argumentar que está en nuestra naturaleza ser altruistas, dicen los investigadores.

Fuente: PLOS

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