Nueva estrategia de investigación para atracones
Los investigadores han descubierto que el bloqueo del receptor Sigma-1, una proteína celular, redujo los atracones y provocó que los atracones comieran más lentamente.
El trastorno por atracón afecta a 15 millones de estadounidenses y se cree que es el trastorno alimentario que más se parece al abuso y la dependencia de sustancias.
Los que comen en atracones típicamente se atiborran de comida chatarra de manera excesiva y compulsiva a pesar de conocer las consecuencias adversas, que son de naturaleza física, emocional y social.
Los investigadores entienden que entre los atracones, los mecanismos reguladores normales que controlan el hambre no funcionan correctamente. Además, los consumidores compulsivos a menudo experimentan dolores de abstinencia y otros síntomas cuando reducen la ingesta de comida chatarra.
En el estudio, publicado en línea en la revista Neuropsicofarmacología, los investigadores demostraron que el bloqueo del receptor Sigma-1, una proteína celular, redujo los atracones y provocó que los que comían compulsivamente comieran más lentamente.
Los investigadores Pietro Cottone, Ph.D., y Valentina Sabino, Ph.D., ambos profesores asistentes de la Universidad de Boston, desarrollaron un modelo experimental de atracones compulsivos al proporcionar una dieta azucarada de chocolate solo durante una hora al día mientras el grupo de control recibió una dieta estándar de laboratorio.
En dos semanas, el grupo expuesto a la dieta azucarada exhibió un comportamiento de atracones y comió cuatro veces más que los controles. Además, los comedores compulsivos experimentales exhibieron un comportamiento compulsivo al colocarse en una situación potencialmente riesgosa para llegar a la comida azucarada, mientras que el grupo de control evitó el riesgo.
Luego, los investigadores probaron si un medicamento que bloquea el receptor Sigma-1 podría reducir los atracones de la dieta azucarada. Los resultados mostraron que la droga redujo exitosamente los atracones en un 40 por ciento, hizo que los que comían atracones comieran más lentamente y bloqueó el comportamiento de riesgo.
El hallazgo de que el comportamiento compulsivo persiste incluso en situaciones de riesgo llevó a los investigadores a creer que podría haber algo mal en la forma en que se tomaron las decisiones.
Debido a que la evaluación de riesgos y la toma de decisiones son funciones que se ejecutan en las regiones prefrontocorticales del cerebro, los investigadores luego probaron si la abundancia de receptores Sigma-1 en esas regiones era anormal en las personas que comían compulsivamente.
Los investigadores descubrieron que la expresión del receptor Sigma-1 era inusualmente alta en esas áreas, lo que podría explicar por qué bloquear su función podría disminuir tanto los atracones compulsivos como las conductas de riesgo.
Si el receptor Sigma-1 influye en las alteraciones neurobiológicas que conducen a una alimentación de tipo compulsivo, los investigadores creen que esto podría conducir al desarrollo de nuevos tratamientos terapéuticos.
Fuente: Universidad de Boston