Cuando el "agradecimiento" bloquea la recepción: formas conmovedoras de transmitir agradecimiento

Cuando alguien nos hace un favor o un acto amable, la respuesta adecuada es decir "gracias". Desde pequeños nos han enseñado a agradecer a las personas las cosas que hacen por nosotros.

La intención detrás de este edicto social es protegernos de convertirnos en criaturas egocéntricas que se sienten con derecho a todo sin reconocer la bondad de los demás.

Lo suficientemente justo. Pero ahora, como adultos, ¿funciona nuestro "gracias" en piloto automático, dejándolo vacío y sin sentido? ¿Nuestra respuesta mantiene a la gente distante o invita al contacto?

Por supuesto, es mejor escuchar "gracias" que "no deberías haberlo hecho" o que no te reconozcan. Pero, ¿hasta qué punto somos recibidos y apreciados cuando la gente nos agradece por cosas? ¿O estas palabras se han vuelto tan habituales que en realidad bloquean la conexión que es posible cuando nuestra donación se recibe con un corazón abierto?

El propósito de agradecer a alguien es expresar nuestro sentido de aprecio y gratitud. No damos por sentado lo que otros hacen por nosotros. Reconocemos que su oferta requirió tiempo, esfuerzo o conciencia de nuestras necesidades.

Pero nuestro "gracias" puede que no se transmita de que estamos agradecidos si se expresa de forma mecánica. Un momento de conexión se puede perder si no nos permitimos tomarnos el tiempo para sentir cómo es recibir. Entonces podemos transmitir ese sentimiento, tal vez usando palabras más creativas que "gracias".

De niños, si se nos inculcó decir "gracias", es posible que pronunciemos las palabras rápidamente en lugar de hacer una pausa lo suficiente para sentir un aprecio genuino. Podemos hablar desde nuestra cabeza en lugar de dar tiempo para que la gratitud se hinche y la exprese de una manera conmovedora.

Quizás las palabras ni siquiera sean necesarias. Una sonrisa, una respiración profunda, un contacto visual conmovedor o un abrazo cálido pueden decir mucho más que cualquier palabra. Estas respuestas no verbales, tal vez combinadas con un sincero "agradecimiento", pueden ayudar a construir la intimidad.

¿Podemos reducir la velocidad y ser conscientes de cómo nos han afectado las tiernas palabras de agradecimiento o un regalo? ¿Cómo nos sentimos por dentro para recibir profundamente? Permitir que se filtre hasta el final es un regalo maravilloso para el donante: permitirle ver lo encantados y conmovidos que estamos por sus amables pensamientos o acciones.

Demasiados momentos preciosos se pierden en la vida. Recibir algo es una gran oportunidad para disfrutar de la danza vulnerable de dar y recibir amor y cariño. Más que el regalo o el gesto en sí, ¿podemos permitirnos saborear la conexión que está implícita cuando la bondad se abre paso en nuestro camino?

Como se expresa en Bailando con fuego,

“Abriéndonos a la vida, recuperamos la propensión del niño a recibir abiertamente, mezclada con la capacidad de gratitud del adulto. Una recepción tan inocente puede convertirse en un momento sagrado en la medida en que hace que tanto el dador como el receptor estén más completos y conectados ".

La próxima vez que alguien te haga un cumplido, te dé un regalo o te haga un favor, hazle un favor: abstente de decir un "gracias" automático. En cambio, tómate un momento (¡incluso cinco segundos!) Para notar cómo te sientes en tu cuerpo por haber recibido este regalo. Quizás su corazón se acelera o hay una sensación de calor en su vientre. O tal vez, junto con una sensación agradable, hay cierta incomodidad o incomodidad que necesita atención. Deje que todo esté ahí y sea amable con lo que sea que esté experimentando.

Si se siente bien decir “gracias”, permítale que provenga de un lugar conmovedor que realmente aprecia el regalo. Dígales cómo se siente al recibir el cumplido o la buena acción, tal vez algo como "Eso se siente tan bien" o "Realmente aprecio eso" o "Eso me hace realmente feliz". Quizás un rápido, deliciosamente sorprendido, "¡Oh, guau!" le dará la oportunidad de hacer una pausa, recuperar el aliento, entrar y notar cómo se ha visto afectado.

Transmitir su sentimiento de manera no verbal y verbal le permite al donante saber cómo lo afectó, lo que puede profundizar una conexión en este precioso momento.


Este artículo presenta enlaces de afiliados a Amazon.com, donde se paga una pequeña comisión a Psych Central si se compra un libro. ¡Gracias por su apoyo a Psych Central!

!-- GDPR -->