Neuroplasticidad y tecnología: cómo responden nuestros cerebros

Los teléfonos inteligentes y otros dispositivos electrónicos han cambiado la forma en que nos comunicamos e interactuamos con el mundo. Pero, ¿hasta qué punto nos puede cambiar la tecnología? Más importante aún, ¿puede cambiar nuestro cerebro?

Cuando las neuronas se comunican entre sí, generan ondas cerebrales. Estos son el resultado de la actividad rítmica sincronizada de miles o incluso millones de neuronas. Existen diferentes tipos de ondas cerebrales y pueden detectarse mediante registros electroencefalográficos (EEG), cada uno con un patrón EEG específico. Cada tipo de onda cerebral está asociada con diferentes estados de funcionamiento del cerebro.

Durante el sueño profundo y sin sueños, nuestro cerebro se encuentra en su estado de actividad más lento; este tipo de sueño se conoce como sueño de ondas lentas y las ondas cerebrales típicas de baja frecuencia que lo caracterizan se denominan ondas gamma. Cuando estamos soñando, durante el sueño REM, la actividad cerebral aumenta y origina otro tipo de ondas cerebrales; se denominan ondas theta y también son características del sueño ligero y de los estados meditativos o somnolientos.

Cuando nos despertamos, nuestra actividad cerebral aumenta. En un estado de reposo despierto, predominan las ondas cerebrales alfa; también se asocian con un estado de pensamientos fluidos y relajados, por ejemplo.

Durante la vigilia normal y el razonamiento, el estado de alerta, el pensamiento activo, la concentración activa, la lógica y el razonamiento crítico, la frecuencia de nuestras ondas cerebrales aumenta aún más; las ondas cerebrales asociadas con este estado eran llamadas ondas beta.

Durante las tareas de alta demanda cognitiva, cuando procesamos e integramos información que surge de diferentes áreas del cerebro, predominan las ondas cerebrales gamma; estas son las ondas cerebrales de mayor frecuencia y son importantes para el aprendizaje y la memoria; se cree que son la base de la percepción y la conciencia.

Esta es una descripción amplia de las ondas cerebrales y hay otros tipos de ondas cerebrales raras o inusuales, denominadas "variantes normales de EEG". También hay ondas cerebrales que están asociadas con disfunción o enfermedad.

Pero volviendo a las ondas cerebrales theta, a pesar de que comúnmente se asocian con estados de sueño y somnolencia, también están presentes durante ciertos comportamientos, particularmente cuando requieren esfuerzo mental, atención, concentración, cálculo o resolución de problemas, así como durante reacciones emocionales. Se han descrito, por ejemplo, al apuntar y disparar un rifle, durante simulaciones de conducción o mientras escuchan música.

Recientemente, se ha informado que las ondas cerebrales theta también pueden estar presentes durante los mensajes de texto. Pero no se trata solo de ondas cerebrales theta aleatorias, es un patrón específico de ondas cerebrales que se encuentra dentro del intervalo de frecuencia de las ondas cerebrales theta. Y aparentemente, solo ocurre durante los mensajes de texto, ya que no se ha encontrado durante ningún otro tipo de actividades asociadas con el habla, el rendimiento motor, la concentración-atención, la memoria y el rendimiento cognitivo. Este patrón de actividad cerebral se ha denominado "el ritmo de los mensajes de texto" y parece ser un nuevo ritmo de onda theta específico de la tecnología que se produce durante los mensajes de texto.

La mensajería de texto es un estado de alerta que requiere una forma concentrada de activación mental mejorada asociada con el habla, la percepción visual y las habilidades motoras finas específicas. Además, el tamaño de pantalla más pequeño de un teléfono inteligente puede requerir un nivel de atención particularmente alto al enviar un mensaje de texto. Es un tipo de actividad muy específico, que puede explicar su patrón distintivo de ondas cerebrales.

La mensajería de texto es una de las formas de comunicación más utilizadas, especialmente por los más jóvenes. Aunque este patrón de ondas cerebrales no es patológico, si realmente está restringido a los mensajes de texto, ciertamente es nuevo y creado por los avances tecnológicos: es el cerebro que se adapta a las nuevas necesidades conductuales.

Pero no son solo las ondas cerebrales las que cambian. Los estudios de EEG sobre la respuesta del cerebro al tacto con el pulgar, el índice y las yemas de los dedos medios encontraron que el procesamiento sensorial también se ve alterado por el uso de dispositivos electrónicos con pantalla táctil, lo que lleva a una representación mejorada del pulgar en la corteza sensorial después del uso intenso de teléfonos inteligentes.

Este es todavía un tema poco estudiado, pero aparentemente, el uso de la tecnología puede cambiar nuestro cerebro. Y este es un gran ejemplo de neuroplasticidad.

Referencias

Colgin, L. (2013). Mecanismos y funciones de los ritmos theta Revisión anual de neurociencia, 36 (1), 295-312 DOI: 10.1146 / annurev-neuro-062012-170330

Gindrat, A., Chytiris, M., Balerna, M., Rouiller, E. y Ghosh, A. (2015). Procesamiento cortical dependiente del uso de las yemas de los dedos en usuarios de teléfonos con pantalla táctil Biología actual, 25 (1), 109-116 DOI: 10.1016 / j.cub.2014.11.026

Tatum, W., DiCiaccio, B., Kipta, J., Yelvington, K. y Stein, M. (2015). El ritmo de los mensajes de texto Revista de neurofisiología clínica DOI: 10.1097 / WNP.0000000000000250

Tatum, W., DiCiaccio, B. y Yelvington, K. (2016). Procesamiento cortical durante la mensajería de texto de teléfonos inteligentes Epilepsia y comportamiento, 59, 117-121 DOI: 10.1016 / j.yebeh.2016.03.018

Este artículo invitado apareció originalmente en el galardonado blog de ciencia y salud y en la comunidad temática del cerebro, BrainBlogger: Can Technology Change How Our Brain Works?

!-- GDPR -->