La realidad del trastorno de conversión

El estrés se define ampliamente como una fuerza o influencia restrictiva. Tarde o temprano, afecta a todos. La mayoría de las veces, es temporal, pero ¿qué sucede cuando no lo es?

El estrés emocional a largo plazo puede ocurrir con frecuencia con un trauma pasado, produciendo una serie de consecuencias médicas reales y a veces peligrosas. A menudo, un paciente que sufre un dolor severo y no recibe un diagnóstico médico, teme que un médico pueda etiquetar la situación como “Solo estrés”. Pero cuando el “solo estrés” se manifiesta físicamente, debe manejarse con el mismo cuidado que cualquier lesión o enfermedad producida físicamente.

El trastorno de conversión (conocido alternativamente como trastorno de síntomas neurológicos funcionales o, en el pasado, neurosis histérica) es una afección psiquiátrica en la que una persona desarrolla síntomas neurológicos que no pueden explicarse mediante una evaluación médica. Algunos de estos síntomas neurológicos pueden incluir:

  • Ceguera
  • Parálisis
  • Entumecimiento
  • Incapacidad para hablar
  • Mal funcionamiento general del sistema nervioso

La historia del trastorno de conversión proviene del médico griego Hipócrates cuando acuñó el término "histeria". Esto, describió, era un problema de mujeres. En el siglo XVII, la aflicción histérica estaba relacionada con la brujería y la posesión demoníaca. Más tarde, en 1905, la publicación de Freud y Breuer, Studies on Hysteria, detalló la "cura hablada".

Incluso hoy en día, el tratamiento más recomendado para el trastorno de conversión es la psicoterapia y / o la hipnosis.

Alguien que experimenta un trastorno de conversión a menudo se siente sintomático poco después de una experiencia estresante. Las personas que tienen más probabilidades de desarrollar un trastorno de conversión son aquellas con:

  • Una enfermedad medica
  • Ansiedad
  • Dificultades para manejar múltiples sentimientos a la vez

Según el Manual diagnóstico y estadístico, el trastorno de conversión está determinado por:

La exclusión de la enfermedad neurológica.

Dado que los síntomas del trastorno de conversión se centran principalmente en el sistema nervioso, en primer lugar se deben descartar enfermedades y trastornos potencialmente mortales con una causa estrictamente física. Los médicos pueden realizar pruebas para detectar problemas de salud como: accidente cerebrovascular, epilepsia, parálisis periódica hipopotasémica o esclerosis múltiple. Esto no quiere decir que los pacientes con una enfermedad neurológica no puedan tener también un trastorno de conversión. Los dos no son mutuamente excluyentes.

Algunos médicos también comprobarán si hay una "relativa falta de preocupación por la naturaleza o las implicaciones de los síntomas" en el comportamiento de un paciente. Esta es una evaluación controvertida, ya que no se ha encontrado evidencia de que los pacientes con síntomas funcionales tengan más probabilidades de reaccionar de manera diferente que los pacientes con una enfermedad física confirmada.

Mecanismo psicológico.

Si ha ocurrido un trauma claro y reciente, la posibilidad de un posible estrés psicológico se vuelve más evidente en el diagnóstico. Sin embargo, solo porque puede haber ocurrido un trauma, no hay evidencia conocida para comprender exactamente cómo el trauma está afectando el síntoma preciso que está experimentando un paciente.

Exclusión de fingir.

Este es uno de los aspectos más difíciles de comprender sobre el diagnóstico. A menos que el paciente confiese o sea "sorprendido" sintiéndose sano y normal durante un largo período de tiempo, es casi imposible saber si alguien está "fingiendo" dolor. Un estudio de neuroimagen sugirió que fingir síntomas frente a sufrir físicamente se puede detectar mediante la activación de los patrones del lóbulo frontal. Esta investigación no es una técnica clínica. Aunque se desconoce el porcentaje de pacientes que fingen dolor, se cree que los casos no son más altos que los de cualquier otra afección médica.

Si bien es fácil cuestionar la intensidad de una afección cuando no hay una medida de la angustia, las personas con este trastorno no están fabricando síntomas para llamar la atención. No tienen control sobre cuándo sienten dolor y no pueden simplemente "apagarlo y encenderlo". Los pacientes con trastorno de conversión tienen un dolor real. Si está experimentando lo que puede considerarse un trastorno de conversión, el tratamiento oportuno es clave para la recuperación.

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