Psicología somática: los beneficios de estar en nuestro cuerpo

Mucha gente se enorgullece de ser pensadores brillantes. Quizás hayan pasado gran parte de sus vidas acumulando conocimientos o acumulando información sobre varios temas. Tales actividades pueden ofrecer una estimulación y satisfacción positivas, así como un conocimiento profundo que puede ayudar a nuestro mundo.

Lamentablemente, la educación occidental a menudo descuida otro aspecto de nuestra humanidad, uno al que los filósofos se refieren como ontológico, es decir, que existe en el ámbito del ser. La popularidad de los enfoques somáticos y existenciales de la terapia, como el Focusing, la Experiencia Somática, la Terapia Gestalt y Hakomi, apunta a la necesidad de un enfoque incorporado a la psicoterapia y el crecimiento personal, uno que no minimice el valor del pensamiento claro, sino que abarque estar presentes en nosotros mismos y en la vida de una manera profundamente atractiva.

El terapeuta gestáltico Fritz Perls conocía el valor de vivir una vida encarnada cuando dijo la famosa frase: "Pierde la cabeza y recupera el sentido". Dicho esto de otra manera, es valioso ser tonto. No estoy defendiendo ser torpes o desorientados, sino más bien sugerir que pasemos una parte de nuestro día experimentando con suspender nuestro proceso de pensamiento habitual y repetitivo a favor de abrirnos a un aspecto más profundo de nuestro ser, uno que esté conectado con nuestro. cuerpo y el organismo vivo que respira que somos.

La psicología budista ofrece la opinión de que el proceso de despertar es en gran medida una cuestión de vaciarse y soltarse en lugar de acumular más conocimiento, poder o información.Las prácticas de meditación y atención plena se han vuelto muy populares porque abordan un aspecto descuidado de quiénes somos. Más allá de la reducción del estrés, las prácticas de atención plena, como las popularizadas por Jon Kabat Zinn, invitan a que nos permitan cultivar la amplitud hacia nuestra experiencia interior. Permitir que el tiempo salga de nuestras cabezas y se conecte con nuestra respiración y cuerpo no solo es relajante, sino que nos lleva a un lugar donde nos volvemos más presentes para la vida y entre nosotros.

El concepto budista de vacuidad es lo opuesto a negar la vida. Vaciarnos de cierta manera nos permite conectarnos con nosotros mismos, los demás y la naturaleza de una manera más plena y rica. Por ejemplo, vaciarnos de nuestras creencias fundamentales negativas sobre nosotros mismos nos permite vivir con un mayor grado de autoestima y dignidad. Suspender nuestras opiniones preconcebidas sobre los demás y nuestros intentos de cambiarlas o corregirlas, nos permite estar presentes con las personas de una manera más empática y en contacto. Vaciarnos del deseo de tener la razón constantemente nos permite sanar nuestro perfeccionismo y vivir con una humildad y empatía que afirman la vida. A medida que nos identificamos menos con nuestros pensamientos y vivimos más en nuestro cuerpo y ser, vivimos con un mayor sentido de apertura; nos conectamos más íntimamente con la vida.

La empatía y la compasión hacia nosotros mismos y los demás se derivan de lo más profundo de nuestro ser. No podemos pensar nuestra forma de sentir empatía por los demás; implica una conexión empática encarnada. Entrar en nuestras cabezas para analizar qué le pasa a alguien u ofrecer consejos no deseados nos aleja de la interacción viva. Creamos distancia en nuestras relaciones al aferrarnos a nuestros pensamientos y creencias, en lugar de abrirnos a una dimensión de nuestro ser que permite que surja espontáneamente la resonancia empática.

La psicología budista reconoce el valor del pensamiento claro. Lo que se llama "Visión Correcta" o "Visión hábil" es un aspecto del Óctuple Sendero del Buda. Pero una cosa en la que debemos pensar con claridad es cómo nuestros pensamientos, opiniones y juicios pueden desconectarnos de nosotros mismos y de los demás. Aprender a descansar más cómodamente en las profundidades de nuestro ser, tomarnos un tiempo durante el día para estar presentes con nuestra respiración y con nosotros mismos de una manera suave y espaciosa, puede ayudarnos a vivir una vida más conectada y satisfactoria.

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