Los 4 principales factores de riesgo asociados con la demencia
Al estudiar los datos del Framingham Heart Study (FHS), los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston identificaron combinaciones de factores que estaban relacionados con un mayor riesgo de demencia en la vejez. Los hallazgos fueron publicados en el Journal of Alzheimer's Disease el 8 de mayo.Los investigadores afirmaron que querían centrarse en factores de riesgo modificables que podrían ayudar a las personas a planificar las intervenciones adecuadas para reducir eficazmente sus posibilidades de desarrollar esta enfermedad neurológica.
Los cuatro principales factores de riesgo importantes relacionados con la vida se enumeran a continuación:
1. Edad.
No es sorprendente que la edad se considere el factor de riesgo más importante de esta enfermedad, que rara vez afecta a los menores de 60 años. Según estimaciones de la Asociación de Alzheimer, uno de cada tres estadounidenses mayores muere con algún tipo de demencia. Existen muchas formas de demencia, siendo la enfermedad de Alzheimer la más importante.
En una nota relacionada, un estudio de 2018 de la Escuela de Salud Pública de Yale encontró que las actitudes hacia el envejecimiento también pueden jugar un papel importante. Después de analizar una cohorte de 4.765 estadounidenses mayores, la investigación encontró que aquellos con creencias positivas sobre la edad tenían un 49,8 por ciento menos de probabilidades de desarrollar demencia que aquellos con creencias negativas sobre la edad.
2. IMC
Han surgido resultados contradictorios de estudios que examinaron el índice de masa corporal (IMC) como un posible factor de riesgo de demencia. Mientras que algunos sugieren que un IMC más bajo es el culpable, otros lo han rechazado y han descubierto que un IMC alto es lo que parece estar relacionado con un mayor riesgo. Una revisión de 2017 concluyó que la mayoría de la literatura ha proporcionado evidencia de que la obesidad en la mediana edad estaba relacionada con un mayor riesgo de demencia, mientras que la asociación de la enfermedad con el bajo peso permaneció inconsistente en el mejor de los casos.
Se ha observado que el exceso de peso corporal en la mediana edad podría contribuir al daño neurodegenerativo, lo que puede aumentar las posibilidades de padecer demencia. Si bien actualmente no existen formas seguras de prevenir la demencia, la mejor evidencia actual sugiere que mantener un peso saludable, incluida una reducción de la inflamación asociada con la grasa visceral alrededor de la cintura, es una forma clave de mantener nuestro cerebro sano.
3. Estado civil
El nuevo estudio también encontró que el estado civil de "viudo" estaba fuertemente asociado con la demencia. Anteriormente, la investigación ha proporcionado hallazgos similares en adultos mayores que son solteros o han perdido a su cónyuge. Los psiquiatras han llegado al consenso general de que el menor riesgo no era un efecto directo de llevar un anillo de bodas. Se refirieron a algo conocido como "un posible efecto protector", que está vinculado a varios factores del estilo de vida que pueden acompañar al matrimonio, como menores posibilidades de soledad, un estilo de vida generalmente más saludable, tener más estimulación social, etc.
4. Dormir
Aquellos que experimentaron menos horas de sueño en la mediana edad también pueden tener más probabilidades de desarrollar demencia. Un estudio de 2017 encontró que las personas que tardaron más de 90 minutos en entrar en REM (la quinta etapa del sueño) tenían un alto riesgo de desarrollar demencia. Aunque se sabe que la falta de sueño puede contribuir al deterioro cognitivo, los mecanismos subyacentes a esta asociación no se han establecido firmemente. Lo que está claro es que tratar los trastornos del sueño, establecer una rutina y aprender a priorizar la buena calidad de la higiene del sueño es muy recomendable en una etapa temprana de la vida para evitar problemas de salud a corto y largo plazo.
Después de analizar estos factores de riesgo, es posible que se sorprenda al saber que de los cuatro enumerados, más de la mitad de ellos están bien bajo nuestro control, como el sueño, el IMC, hasta cierto punto, y nuestras percepciones del proceso de envejecimiento. Es importante no descartar la calidad del sueño que deberíamos obtener de manera constante, nuestro IMC general y nuestra perspectiva / actitud general en la vida. El sobrepeso puede eventualmente inclinar la balanza hacia la obesidad, y los investigadores están concluyendo que los niveles altos de azúcar en la sangre (diabetes) pueden conducir indirectamente al Alzheimer y otras formas de demencia, una condición que tanto los médicos como los investigadores llaman Diabesidad (diabetes y obesidad). Resulta que ciertos aspectos / factores de la demencia son ambientales, y podemos tener más control sobre ellos de lo que pensamos inicialmente, un pensamiento un tanto reconfortante a la luz de esta desgarradora enfermedad.