Hacer frente al trastorno de oposición desafiante

El trastorno de oposición desafiante (ODD) se incluyó por primera vez en el DSM en 1980. El trastorno se describe como una condición en la que un niño muestra un comportamiento desafiante extremo que incluye venganza, irritabilidad e ira.

El TND es un trastorno continuo que comienza muy temprano en el desarrollo del niño, generalmente preescolar, y continúa durante la adolescencia. Varios estudios indican que aproximadamente el 3 por ciento de los niños la padecen. Los síntomas pueden incluir muchos problemas comunes para los niños, pero en una escala mucho mayor.

Por ejemplo, muchos niños tienen rabietas. Es una parte saludable del crecimiento y tiende a ocurrir durante los 2-3 años de edad. Cuando un niño se siente cansado, hambriento o estresado, es posible que se enoje o se ponga irritable. Todas estas acciones son completamente normales. El comportamiento hostil y poco cooperativo que parece más severo que el temperamento de otros niños puede ser motivo de preocupación.

Los signos de ODD incluyen:

  • Rabietas frecuentes o diarias
  • Una preocupación por buscar venganza
  • Discurso cruel y de odio
  • Constante cuestionamiento de las reglas
  • Fácilmente molesto
  • Intentos deliberados de molestar a otros niños o adultos

Estos comportamientos a menudo se observan no solo en el entorno escolar, sino también en el hogar.

Es importante señalar que el trastorno negativista desafiante está separado de un trastorno de conducta. Si bien ambos se consideran "problemas en el autocontrol de las emociones y los comportamientos", según el DSM-5, "los comportamientos del trastorno negativista desafiante son típicamente de naturaleza menos grave que los del trastorno de conducta y no incluyen la agresión hacia las personas o animales, destrucción de propiedad o un patrón de robo o engaño ".

A la profesora asociada de antropología Carolyn Smith-Morris de la Universidad de Arizona le preocupa que el diagnóstico pueda darse inconscientemente a niños de cierto género o raza debido a las diferencias culturales en la forma en que se crían los niños. El desafío puede ser un comportamiento apropiado en respuesta a la injusticia y / o la opresión y silenciar el comportamiento también puede debilitar la capacidad de pensar críticamente. Una crítica popular al ODD se deriva del hecho de que el cumplimiento no siempre es un rasgo deseable.

A pesar de la controversia de este diagnóstico, el TND puede tener un impacto importante en la educación del niño y en la psique de los padres. Reconocer el ODD puede generar conciencia sobre el trauma o la ansiedad que ha afectado al niño. Cuanto antes se comprenda el problema, más rápido se podrá implementar una solución.

Antes de buscar ayuda para el TND, es importante comprender si el niño tiene una dificultad de aprendizaje o un trastorno emocional creado por las circunstancias o la biología. Si la hostilidad es demasiado intensa o dura más de lo apropiado para el desarrollo, el comportamiento puede volverse patológico. Los niños con ODD rara vez superan su agresión, ya que es el rasgo más estable del niño. Según ASCD.org, la dificultad para llevarse bien con sus compañeros de edad preescolar es el mejor factor de predicción del comportamiento antisocial a los 11 años.

Las estrategias de afrontamiento para los padres incluyen:

  • Al disciplinar a su hijo, haga que las consecuencias sean inmediatas y justas. La falta de coherencia puede confundir al niño y, en última instancia, retrasar el buen comportamiento.
  • Mantenga un registro del comportamiento del niño y haga una lista de los cambios específicos que desea ver. Comience con un solo comportamiento en lugar de concentrarse en varios comportamientos a la vez.
  • Permita que su hijo elija de una lista que usted cree las consecuencias que crea que son justas para cada castigo.
  • Comuníquese con su hijo para asegurarse de que comprenda por qué es importante que cada comportamiento cambie.
  • Tómese el tiempo para concentrarse en usted y su pareja o cónyuge. La crianza estresante puede afectar las relaciones, a veces cuando más las necesita.

Hay muchas opciones diferentes de tratamiento profesional. La terapia familiar aborda toda la situación y, por lo general, dura varios meses. La capacitación de los padres es un proceso que ayuda a los padres a aprender a ser coherentes e involucrar al niño en metas compartidas. La terapia de interacción padre-hijo involucra a un terapeuta que instruye a los padres sobre cómo relacionarse con su hijo. Pueden guiar a los padres a través de estrategias que refuercen el comportamiento positivo de su hijo.

Otra vía de tratamiento incluye el entrenamiento en habilidades sociales. Un niño puede necesitar ayuda para aprender a navegar mejor en su mundo social para aprender a relacionarse con los demás y formar habilidades duraderas para formar conexiones sólidas. En última instancia, una conexión fuerte puede ayudar al niño a establecer relaciones sanas, lo que genera más seguridad y menos dolor.

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