Viviendo el momento

Todos hemos escuchado vivir el momento. Manténgase enfocado en el presente. Concéntrate en el hoy. Entendemos que todos estos dichos tienen el mismo significado: estar en el aquí y ahora. Es más fácil decirlo que hacerlo a veces, ¿verdad? No estás solo en ese sentimiento.

Como seres humanos, estamos condicionados a sentir una variedad de emociones a la vez. Cuando empezamos a pensar demasiado en el futuro o en el pasado, perdemos de vista lo que está sucediendo justo frente a nosotros en el momento en el que estamos. Se vuelve cada vez más frecuente cuando nos enfrentamos a situaciones o circunstancias de la vida que están más allá de nuestro propio control. Queremos aferrarnos a algo que nos base, por eso buscamos algo en nuestro pasado o intentamos poner nuestras esperanzas en una meta futura, una que puede no ser realista. Es una lucha humana.

Aunque, por lo general, el hecho es que cuando nos alejamos tanto de nuestro presente, generalmente nos impulsa más hacia el momento presente, lo que nos obliga a enfrentar lo que sea de lo que huimos. Esto sucede porque indirectamente damos el control que tenemos a las partes de nuestra vida que no podemos controlar. Cuando gastamos tiempo y energía tratando de evitar o desviar una sensación incómoda, alimentamos esa sensación incómoda con nuestra reserva de tiempo y energía.

Sugerir que podemos simplemente apagar los pensamientos que tenemos sobre el pasado y el futuro también es irracional. La cognición humana y las formas en que pensamos no está en el contexto de un solo punto en el tiempo. Los seres humanos somos complejos y, por tanto, las formas en que pensamos son complejas.Es común considerar otros períodos de tiempo en nuestra vida con la esperanza de alcanzar un nuevo tipo de comodidad o normalidad, especialmente durante tiempos difíciles. El problema es cuando comenzamos, en cierto sentido, a pensar demasiado lejos de la realidad del aquí y ahora.

Hay formas de superar los problemas de hoy sin dejar de vivir en el presente. Debemos recordar que, por más difícil que sea hoy, también hay cosas hermosas que podemos perder si solo nos enfocamos en los desafíos. Por cada dificultad que encontremos, debemos recordar un momento en el que superamos una dificultad.

Mantener una rutina también nos ayuda a mantenernos en el presente, ya que nos da una estructura y algo que esperar cada día. Mantener ese horario es útil cuando podemos hacernos un tiempo para simplemente estar, sin una tarea, sin dispositivos electrónicos, sin más estimulación que el patrón de nuestra propia respiración.

Dedicar tiempo a una sola tarea también puede anclarnos en el aquí y ahora, ya que nos obliga a reducir la velocidad en una época en la que la multitarea suele ser la línea de base. Recordarnos a nosotros mismos que no estamos en una carrera y que no es necesario apresurarnos a realizar tareas, sentimientos o cualquier otra cosa, puede mantener a raya nuestros pensamientos errantes sobre el pasado o el futuro.

Recuerde que cada pensamiento que entra en nuestra mente es una invitación a participar en ese pensamiento, pero no estamos obligados a entretener cada pensamiento que tenemos. Si consideramos cuántos pensamientos tenemos a lo largo del día, ya tomamos decisiones para entretener solo ciertos pensamientos. Llevemos esa idea un paso más allá y permitámonos decir no a los pensamientos más inquietantes en los que no queremos involucrarnos.

Vivir en el presente es una práctica. Requiere que desafiemos nuestros pensamientos y la forma en que manejamos las cosas en la vida. El presente nos empodera más de lo que nos damos cuenta. El presente nos brinda la oportunidad de construir a partir del pasado y para el futuro. Los humanos a menudo esperan demasiado de sí mismos con demasiada rapidez. Nos frustramos y, en general, esto se filtra en las cosas importantes que nos rodean: la familia, el trabajo y las relaciones.

El presente nos da tiempo para reflexionar y tiempo para poner en acción lo que podamos desear a medida que experimentamos el crecimiento personal. Nos da tiempo para reorganizarnos y fijarnos metas realistas. Nos permite eliminar el concepto de expectativas establecidas y replantea que las expectativas de uno mismo pueden ser fluidas y nos recuerda que cada día nos esforzaremos por ser mejores de lo que fuimos el día anterior.

Reconocer el poder de estar en el presente nos permite recuperar nuestros pensamientos del pasado al presente. Nos permite ser conscientes de lo que sentimos y el tiempo para desarrollarnos realmente, lo que a su vez trascenderá a un futuro más brillante. Vivir el momento y usar cada día como una oportunidad, independientemente de lo que esté sucediendo en la vida, nos alejará del pasado y nos preparará para un futuro maravilloso. Solo tenemos que soltarnos y permitirnos llegar allí.

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