Bullying, incógnito: exclusión social deliberada

Cuando pensamos en el acoso, generalmente se evoca una imagen de agresión: las burlas, los insultos y el abuso físico. Sin embargo, más allá del campo de juego en el mundo de los adultos, el acoso a menudo tiene lugar enmascarado en formas más insidiosas. La exclusión social deliberada puede manifestarse de muchas formas en diferentes situaciones, ocurriendo en el contexto de la universidad, el trabajo o dentro de un grupo si las personas no están conectadas por su campo de estudio o trabajo.

Es posible que, en algún momento de su vida, haya estado en una situación recurrente en la que se acerque a un grupo de personas en medio de una charla solo para que la conversación se detenga abruptamente.Tal vez se organizó una reunión social después del trabajo una noche, de la que se enteró mientras navegaba sin sospechar por su suministro de noticias en Facebook al día siguiente. En otro ejemplo, un mensaje que contenía información importante se difundió deliberadamente a todas las personas para las que era relevante, excepto usted.

Por mucho que no quieras preocuparte, y por mucho que odies admitirlo, Todavía duele. La definición de intimidación no se limita al acoso manifiesto, sino que abarca cualquier acción repetida que tenga la intención de causar angustia física o emocional. Ser víctima silenciosamente de un tipo de tormento “debajo de la mesa” puede asestar un golpe igual o incluso más dañino para el individuo que el acoso en su forma más explícita. Aún más frustrante, no existe ninguna evidencia tangible necesaria para una confrontación que usted pueda señalar; nada en realidad que no pueda cambiarse y usarse para pintarte con una luz desfavorable, o para hacerte sentir y parecer paranoico e hipersensible. Esto nos lleva a la primera de las pocas formas sugeridas de afrontar si usted es el receptor de la exclusión social deliberada:

1. Considere si la exclusión fue realmente intencional.

Siempre existe la posibilidad de que la razón por la que no fue invitado a un evento en particular esté relacionada con la situación; por ejemplo, una reunión de amigos de la misma escuela secundaria a la que no asististe. Quizás no estaba al tanto de una información importante porque todos los involucrados simplemente asumieron que otro miembro del grupo se lo había dicho. Por el contrario, la intimidación ocurre con consistencia y con intenciones maliciosas. Es importante evaluar e identificar lo que está sucediendo.

2. Reflexiona sobre ti mismo.

Si se ha identificado con cierta certeza que ha sido excluido sistemáticamente de un grupo social, con más consistencia de la que podría atribuirse a un accidente o una coincidencia, deténgase a pensar si la exclusión fue una reacción a algo que podría haber hecho. ¿La exclusión representó un cambio en cómo se llevaba antes? ¿Eres capaz de precisar este cambio de comportamiento en algún momento o evento en particular? Si es así, puede ser importante para usted mantener estas relaciones, ya sea porque los ve con regularidad o simplemente porque disfruta de su compañía. Hazles saber que reconoces haberlos hecho sentir mal o incómodos y discúlpate en el orden que corresponda. Las personas responden naturalmente bien a la sinceridad, y es probable que estén dispuestas a pasar por alto malentendidos del pasado.

Si es absolutamente incapaz de pensar en algo que pueda haber hecho para provocar que lo traten de manera hiriente, siga leyendo.

3. Sepa que no es usted (No, de verdad).

Si bien quedar fuera a veces puede parecer un "ataque de grupo", la experiencia de la exclusión social es con mayor frecuencia el producto de la determinación de una sola persona de hacerte sentir mal. Por más difícil que sea creer que alguien que ha logrado hacerte sentir pequeño en numerosas ocasiones está actuando basándose en sus propias inseguridades, esto suele suceder con los matones.

Esto está destinado a servir como explicación más que como justificación de su comportamiento; las personas que obtienen alivio al devaluar a los demás son claramente infelices en sus vidas y probablemente luchan con sentimientos de insuficiencia propios. No obstante, es injusto que las inseguridades de una persona le hagan difícil pasar tiempo con los amigos mutuos que tienen entre ustedes, con quienes se llevan bien.

Como un intento de hacerte sentir invisible, el acosador en cuestión puede hacer todo lo posible para que se dirija a todos en una situación de grupo excepto a ti. Las confrontaciones, como se mencionó anteriormente, no es probable que funcionen en circunstancias como estas, sin mencionar que no tienes tiempo para trivialidades dramáticas en tu apretada agenda. Sea la persona más grande: juegue bien, incluso cuando no lo sea. Además, nada desanima más a un acosador que la falta de respuesta.

4. Realice otras conexiones.

Lo último que quiere hacer después de una semana larga y agotadora es pasar la noche del viernes navegando por un entorno social complejo que alguien ha creado solo para ponerle las cosas difíciles. Como resultado, la triste pero inevitable verdad es que probablemente termines viendo a los amigos que tienes en común con tu acosador con menos frecuencia de la que te gustaría. Es importante asegurarse de que sienta que hay personas a las que puede recurrir para interacciones sencillas, sin complicaciones y significativas sin motivos ocultos incrustados en cada rincón. Esto puede implicar algo de trabajo, como llamar a amigos con los que no se encuentra con regularidad. Sin embargo, valdrá la pena el esfuerzo; es muy probable que ellos también estén felices de saber de usted.

5. Sigue siendo tú.

Claramente hay algo en ti que tu acosador ve, probablemente carece y codicia, y se siente extremadamente amenazado. No eres una persona más pequeña solo porque alguien ha tratado de aplastarte en un molde que no encaja con la esperanza de contener tus cualidades positivas. Esta es una señal, como mínimo, de que tienes una o dos cosas bien en la vida.

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