Quejarse puede ser una forma de demostrar que nos importa
A menudo se dice que a nadie le gustan los quejosos. Por supuesto, muchas quejas son insignificantes y no ofrecen ninguna solución al problema. Sin embargo, la queja eficaz puede ser útil y saludable.
Las quejas prácticas pueden conducir a cambios o tal vez a un mejor proceso, como presentar una queja al servicio de atención al cliente. En nuestra vida personal, cuando nuestras quejas son sobre nuestro lugar de trabajo, amigos, familia o relaciones, a veces es porque realmente nos preocupamos por nuestro trabajo o las relaciones que tenemos con los demás y queremos mejorar las cosas.
En el trabajo, a veces podemos tener un sentido de camaradería si alguien más tiene quejas similares. Si usted y su compañero de trabajo o grupo tienen quejas similares sobre cómo se podría mejorar una situación o proceso, compadecerse de otra persona puede llevarlo a encontrar soluciones. En ese caso, las quejas demuestran el trabajo en equipo y pueden generar cambios. También puede transmitir que no eres un jugador pasivo en el trabajo, sino alguien que impulsa la mejora. Sin embargo, esto solo sucede si buscamos soluciones a la queja y las transmitimos a alguien que pueda hacer algo al respecto.
Todos sabemos que es dañino reprimir o reprimir nuestros sentimientos, pero las quejas de las relaciones deben manejarse con consideraciones especiales. Es fácil que las quejas se conviertan en chismes y se vuelvan improductivas y destructivas, por lo que hablar de una persona debe hacerse directamente con esa persona, no con otra persona sobre la persona.
Cuando nos quejamos con un amigo, familiar o pareja, debe ser una calle de doble sentido. Esto puede ser difícil, pero debemos recordar permitir que la otra persona exprese su opinión. Si bien nadie puede saber qué es lo que nos molesta si no decimos nada, aún debemos ser respetuosos, lo más amables posible y honestos con la otra persona. Puede ser útil recordarnos a nosotros mismos que el objetivo es tener una discusión honesta y abierta, no atacar, insultar o herir a nadie.
Una sesión de quejas con otra persona debe terminar con ambos sintiéndose escuchados y comprendidos. Sus quejas no necesariamente tienen que tener una solución o ser resueltas en ese mismo momento. A veces, el simple hecho de ser escuchado puede hacer que ambos se sientan mejor y mejorar la relación.
Cuando nos sentimos estresados o de mal humor, es fácil enumerar una letanía de quejas sobre lo que nos molesta. Esto puede ser catártico. Nos da una liberación emocional de la tensión que estamos sintiendo, la validación de nuestros sentimientos e incluso un poco de comprensión de los demás, todo lo cual nos ayuda a sentirnos mejor acerca de las cosas que nos molestan. Una vez más, no siempre tiene que haber una solución: decir las cosas en voz alta puede ser sanador.
Obviamente, quejarse demasiado puede volverse irritante, especialmente si lo que se está quejando puede solucionarlo usted mismo. Y es muy fácil que las quejas se conviertan en chismes, por lo que todos debemos tener cuidado de permitir que nuestras quejas se vuelvan negativas y destructivas.
Quejarse de manera efectiva se trata de prestar atención a quién o qué se está quejando. Si se queja de todo con cualquiera que lo escuche, es posible que la gente comience a evitarlo. Pero si se hace de la manera correcta, con la consideración adecuada, las personas en nuestra vida profesional y personal pueden ver que realmente nos importa.