Mindfulness y el sutil arte de dejar ir
Esto es un poco vergonzoso, pero te lo diré de todos modos: solía ser un niño regordete y odiaba cuando los adultos me llamaban gorda.Para empeorar las cosas, tenía el pelo moderadamente largo, por lo que la gente a menudo me confundía con una chica. No hay nada de malo en ser una niña, pero mi yo infantil simplemente no podía manejar las realidades de otras personas.
Mirando hacia atrás ahora, en serio no recuerdo a ningún adulto que me llamara gorda. Sé que lo hicieron porque todavía tengo recuerdos de haberme enojado, pero no recuerdo quiénes eran esas personas. Si mi yo infantil hubiera sabido lo insignificantes que eran esas etiquetas, creo que habría sido un niño mucho más feliz.
A través de una lectura interminable y enfrentar la adversidad, he desarrollado tres consejos clave para dejar pasar las cosas en casos como estos:
Sea el amo de cada momento
Eres el amo de tu mente. Solo tú puedes decidir lo que sientes. No dejes que otras personas te desanimen con sus palabras y acciones. Tú controlas la decisión de ceder a su miseria o de permanecer imperturbable y agradable.
Piense en ellos como si le ofrecieran un regalo. Dentro hay un poco de miseria. Tu mente tiene la opción de aceptarlo o no. Si no lo acepta, ¿qué pasa? El presente permanece con el propietario y él o ella tiene que ocuparse de él.
La gente suele recibir un regalo de miseria y devolver diez regalos. Esto solo alimenta el ciclo de la miseria. Las personas que alimentan el ciclo quieren recibir su atención y obtener una reacción; no ceda a esto. Al comprender cómo funciona este ciclo, no debe verse afectado y detener el ciclo.
Los humanos anhelan la interacción social. Cuando estamos desesperados por llamar la atención, decimos o hacemos cosas que no queremos decir. Es una forma mezquina de llamar la atención, pero está bien porque eso es lo que nos hace humanos.
Ya sea por su ego o por su desdicha, acepta que las personas con las que estás tratando están desesperadas por ser escuchadas. No alimente su ego o su miseria. Tienes la opción de dejar pasar las cosas.
Respeta la ley de impermanencia.
Todos hemos escuchado el dicho "lo que sube debe bajar". Eso también se aplica a la vida. La gente no presta suficiente atención a esta ley de la vida. No importa lo feliz que seas, habrá un momento en que esa felicidad se desvanecerá. Lo mismo ocurre con el dolor.
Las personas que se apegan a los resultados y los objetos materiales sufren mucho más que las que comprenden la impermanencia de todo. Deja ir estos apegos y te sentirás más tranquilo y tendrás una mente más liviana.
Tomemos, por ejemplo, dos personas que compraron el mismo par de zapatos. Uno está apegado a ellos y se preocupa por ensuciarlos. El otro entiende que este es solo uno de los muchos pares de zapatos que usará en su vida y lo usa sin preocupaciones. ¿Quién disfruta más de la vida (y de los zapatos)?
Cuando se sienta apegado a un resultado o sienta aversión hacia uno, recuerde la ley de la impermanencia. La comprensión correcta le ayudará a dejar de lado estos sentimientos y a tener una mente más tranquila. Es un hábito difícil de dominar y puede llevar mucho tiempo, pero manténgalo.
Acepta que todo cambia todo el tiempo
No eres la misma persona que eras hace cinco años o incluso hace un año. Cada día cambias un poco, para bien o para mal. Acepta que la vida cambia y deja ir las cosas. Concéntrese en el presente y use lo que ha aprendido de experiencias anteriores para mejorar. Aprenda a no verse afectado por los cambios repentinos o graduales, y cuando llegue el momento de dejar ir los resultados del pasado, estará listo.
Tu cuerpo es el mejor ejemplo de esto. Puede experimentar el cambio y aplicar el conocimiento. La superficie de su cuerpo está pasando por innumerables reacciones bioquímicas en un momento dado. Si te concentras lo suficiente, incluso puedes sentir los cambios. El mundo también está cambiando sin cesar en un momento dado.
Cada experiencia por la que has pasado es comparable a un segundo de pequeñas vibraciones en tu cuerpo. Lo atravesó y ahora está aquí. ¿Por qué prestar tanta atención y energía mental a algo que es tan rápido e insignificante? Deja esos pensamientos y libera tu mente del sufrimiento que traen.
La vida es corta. Tu cuerpo cambia y se degrada todo el tiempo. Concéntrese en las cosas que importan. Si algo te molesta, déjalo ir porque no merece tu atención. Date cuenta de que es un pequeño problema en tu viaje llamado vida.