El toque de una mujer puede aumentar la toma de riesgos

Todos conocemos el valor del toque humano. Es una de las piedras angulares que definen nuestra existencia desde nuestro nacimiento: la conexión entre madre e hijo. La importancia del contacto físico materno y la crianza se ha demostrado una y otra vez en investigaciones anteriores.

Pero lo que no siempre nos damos cuenta es el impacto que tiene el simple toque humano en otra persona. Un apretón de manos, un toque en el hombro: estas cosas importan en más formas de las que nos damos cuenta. ¿Podría el contacto humano aumentar nuestra sensación de seguridad, como han sugerido estudios anteriores, lo que a su vez podría hacernos tomar decisiones más arriesgadas?

Eso es lo que dos investigadores (Levav y Argo, 2010) se propusieron descubrir en una serie de tres experimentos ...

La principal hipótesis que probamos es que ciertas formas de contacto físico evocarán una sensación de seguridad en los participantes experimentales y que esta sensación de seguridad, a su vez, aumentará su disposición a tomar decisiones financieras arriesgadas.

Los sujetos eran estudiantes de pregrado en una universidad estadounidense y participaron en tres experimentos diferentes que exploraron su toma de riesgos en las decisiones financieras. Los sujetos seleccionaron inversiones más arriesgadas cuando recibieron una ligera palmada en el hombro de una investigadora mientras recibían instrucciones para el experimento. Esas inversiones fueron más arriesgadas que las elegidas por sujetos que no fueron tocados por la investigadora.

Los investigadores también estudiaron los efectos de otros tipos de contacto, incluido un apretón de manos, y si había alguna diferencia entre ser tocado en el hombro por un investigador masculino o por una investigadora. Recibir un apretón de manos (en lugar de un toque en el hombro) o ser tocado por un investigador resultó en que los sujetos eligieran inversiones menos arriesgadas que aquellos que fueron tocados en el hombro por una investigadora. Este efecto se encontró independientemente de si el sujeto era hombre o mujer: ambos sexos se vieron afectados por el toque de una mujer, pero no por el de un hombre.

Los investigadores sugieren que el contacto físico sutil de una mujer aumentó los sentimientos de seguridad de los participantes, lo que puede haber resultado en una mayor disposición a asumir riesgos.

Los tres experimentos que hemos informado demuestran una asociación entre ciertos tipos de contacto físico y la asunción de riesgos financieros. Esta asociación se observó a pesar de la sutileza de la manipulación: un toque momentáneo en el hombro.

Sugerimos que una simple palmadita en la parte posterior del hombro, por parte de una mujer, de una manera que connota apoyo puede evocar sentimientos similares a la sensación de seguridad que brinda el toque reconfortante de una madre en la infancia. Aunque la comodidad en el caso de nuestros estudios fue ilusoria, los datos indican que nuestros participantes percibieron una sensación real de seguridad y que los llevó a asumir un mayor riesgo financiero que los participantes intactos.

De manera más general, nuestros hallazgos sugieren que el contacto físico mínimo puede ejercer una fuerte influencia en la toma de decisiones y las preferencias de riesgo de los adultos, posiblemente también fuera del ámbito financiero.

Las limitaciones de este estudio incluyen las limitaciones habituales que encontramos en muchos de los artículos de revistas publicados en ciencia psicológica - se realizó en estudiantes universitarios de pregrado en un entorno de laboratorio artificial y artificial.

Los estudiantes universitarios no son representativos de la población en general. Puede ser que las personas más jóvenes sean más sensibles y susceptibles al tacto que las personas mayores y con más experiencia. Los entornos de laboratorio artificiales no siempre se traducen en el mundo real cuando el dinero real y las decisiones reales en las que se toman riesgos tienen un impacto real en nuestra vida cotidiana. Queda por ver si estos hallazgos se traducen fuera del laboratorio y en una población más diversa (curiosamente, el artículo de la revista no menciona en absoluto las limitaciones de la investigación actual).

Referencia:

Levav, J. y Argo, J.J. (2010). Contacto físico y asunción de riesgos financieros. Ciencia psicológica. DOI: 10.1177 / 0956797610369493.

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