¿Expuesto a un evento traumático? Quizás ventilar no sea tan bueno

Un nuevo estudio en el Revista de Consultoría y Psicología Clínica sugiere que desahogarse, o desahogarse, acerca de algo horrible que nos sucede o que experimentamos puede ser menos beneficioso que no hablar de ello. PsyBlog tiene la historia:

El primer conjunto de datos de este estudio se recopiló el día 11 de septiembre de 2001. Mientras la gente se sentaba en casa tratando de digerir los impactantes eventos del día, se contactó a 36.000 personas a través de Internet. Estas personas eran parte de una muestra representativa a nivel nacional preseleccionada de participantes que ya habían aceptado recibir solicitudes periódicas de encuestas.

Simplemente se les pidió que expresaran los pensamientos y emociones que tenían actualmente en sus mentes, en caso de que así lo decidieran. De todas estas personas, se hizo un seguimiento de 2.138 personas durante un período de dos años después del 11 de septiembre para ver cómo se enfrentaban al trauma colectivo.

El objetivo de la sugerencia del investigador era que fuera similar a un psicólogo que pide a alguien que comparta su experiencia después de presenciar un evento traumático. Naturalmente, algunas personas optan por compartir y otras no. En este estudio, 1.559 optaron por responder mientras 579 permanecieron en silencio.

Los resultados hacen una lectura sorprendente.

Lo que encontraron fue que elegir responder a la indicación era un predictor significativo de sufrir estrés postraumático (PTS). Es más, cuanto más larga sea la respuesta, mayor será el nivel de PTS subsiguientes.

Esto sugiere que, contrariamente a las expectativas populares, expresar pensamientos y emociones poco después de un evento traumático ("desahogarse" o "desahogarse") en realidad podría predecir un peor resultado psicológico.

Estos resultados tendrían que ser replicados en otros estudios antes de notar un cambio significativo en la forma en que trabajan los consejeros de trauma. La teoría de larga data era que al permitir que las personas se expresaran libremente después de tal evento, ayudaba a la persona a "procesar" sus emociones. A menudo se piensa que esto es útil cuando se realiza en un entorno terapéutico seguro y de apoyo.

Lo que el estudio no puede decirnos, porque no preguntó, fue si "desahogarse" a través de Internet es cualitativamente diferente a desahogarse con una persona, cara a cara. Puede ser que los efectos intermediarios de responder a una encuesta sean significativamente diferentes a hacerlo con otro ser humano (especialmente uno capacitado para asesorar a una persona que enfrenta un trauma).

Hasta que no se realicen más investigaciones, no debemos generalizar a partir de estos resultados. Pero proporciona una pista intrigante sobre cómo una técnica terapéutica muy usada puede no ser apropiada o útil en todas las situaciones.

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