¿Tus miedos te detienen? 3 estrategias simples para aliviar el miedo

¿Está paralizado ante la idea de hablar en público? ¿Inquieta en las reuniones con tu jefe? ¿Te encuentras sin habla en situaciones sociales?

El miedo puede ocurrir en muchas situaciones. Puede ser eficaz, por ejemplo, cuando nos obliga a huir de un edificio en llamas, y un bloqueo que puede impedirnos vivir nuestras vidas plenamente.

En un artículo reciente en Revista GQ, la neurocientífica del comportamiento Mona Lisa Shultz, PhD, describe el miedo ilógico, que involucra aquello que no amenaza nuestras vidas o nuestro bienestar, como un "archivo corrupto que descargaste por accidente y que sigue apareciendo".

3 estrategias para calmar sus miedos

El miedo es elemental y, por eso, increíblemente poderoso. Cuando tenemos miedo de algo real, nuestro miedo está comunicando algo importante sobre nuestro mundo. Según el artículo, en estos momentos la estrategia más sencilla para reducir tu miedo es hacerte amigo de él.

Hacerse amigo del miedo es increíblemente efectivo porque cortocircuita nuestro deseo natural de correr cuando nos enfrentamos a algo aterrador. En su lugar, pregúntese "¿qué me está diciendo mi miedo?" Es posible que descubra que el miedo, la preocupación y la ansiedad no son sus enemigos, sino señales de eventos y circunstancias importantes en su vida.

Si piensa en su ansiedad por una próxima reunión como un zumbido de energía o como un signo de oportunidad y entusiasmo (una emoción que está estrechamente relacionada con el miedo), puede aprovechar ese poder y mejorar su desempeño.

Quedarse con el miedo, en lugar de huir de él, le permite responder a su causa y usar su intensidad para motivarlo a actuar.

La intensidad del miedo puede hacer que quieras meter la cabeza en la arena e ignorarlo. Pero esa estrategia solo aumenta tu miedo con el tiempo. Una segunda estrategia fundamental para reducir el miedo es enfrentarlo: evitar evitarlo.

A menudo, nuestros miedos se basan en ideas y creencias nebulosas e incompletas. Puede evitar buscar un ascenso, nunca iniciar una conversación con alguien a quien admira o no pedir ayuda cuando la necesite por miedo.

Evitar estas situaciones solo intensifica el miedo basado en creencias erróneas. Por ejemplo, puede creer "si me expongo y me rechazan, no valgo nada" o "no puedo soportar el fracaso" o "necesitar ayuda es débil".

La única manera de desafiar estas creencias erróneas es arrojarse a la situación temida y aprender que no valen nada si son rechazados; el fracaso es doloroso, pero se puede sobrevivir; y pedir ayuda hace que sea más probable que logre sus metas.

Es posible que descubra que la mayor parte del tiempo no es rechazado; tienes éxito en lugar de fracasar; y pedir ayuda fortalece sus relaciones.

La tercera estrategia para reducir el miedo es tener pensamientos audaces, atrevidos y valientes. Shultz sugiere que entrenes una voz dentro de tu cabeza para contrarrestar tus temerosos pensamientos automáticos.

Al hacer esto, le está enseñando al cerebro un nuevo recuerdo y rompiendo el vínculo entre una circunstancia y la experiencia del miedo. Es posible que deba escribir pensamientos de miedo, como "Voy a perder mi trabajo" o "No puedo manejarlo" con contradicciones directas. Puede que se diga a sí mismo: "Contribuyo mucho a esta organización" o "He superado situaciones difíciles en el pasado".

El miedo es una experiencia fisiológica, a menudo ilógica. Podríamos experimentarlo de forma recurrente (por ejemplo, cada vez que pensamos en la muerte), o puede sorprendernos, dejándonos con la guardia baja cuando menos lo esperamos.

Pruebe estas estrategias y vea si su miedo ya no se apodera de usted.

!-- GDPR -->