Mejore el comportamiento de los niños: vea cómo se portan bien

Si usted es padre, educador o alguien que trabaja con niños de alguna otra manera, sabe lo frustrante y desafiante que puede ser cuando un niño se porta mal.

En la escuela, los maestros enfrentan diversas formas de mala conducta: un niño puede deambular por el aula cuando se supone que debe estar trabajando en su escritorio, o hablar fuera de turno cuando se supone que debe levantar la mano.

Los padres a menudo se enfrentan a problemas como los hermanos que se pelean a la hora de la cena o los niños quejándose o haciendo rabietas cuando no se salen con la suya.

Los padres, maestros y cuidadores a menudo responden a la mala conducta corrigiendo verbalmente al niño y repartiendo las consecuencias. Pero a algunos profesores se les está enseñando una estrategia llamada ignorando activo. Pasan por alto el comportamiento perturbador y se centran en un niño que se está comportando o esperan hasta que el niño que se está portando mal muestra un comportamiento deseable. Por ejemplo, un maestro puede ignorar a un niño que grita una respuesta y llamar al estudiante que levanta la mano.

Estas técnicas se enseñan en un programa llamado terapia de interacción maestro-niño (TCIT), que se basa en un programa similar para padres. Los primeros estudios sugieren que estos enfoques, ya sea en el aula o en el hogar, mejoran el comportamiento de los niños.

La terapia de interacción entre padres e hijos (PCIT) está diseñada para niños con trastornos emocionales y conductuales. Su objetivo es cambiar la calidad de la relación entre padres e hijos cambiando la forma en que interactúan.

Cuando los niños se portan mal o tienen problemas de conducta más serios, como arrebatos violentos y rabietas, es fácil para los padres y cuidadores reaccionar con ira, frustración o límites severos.

El objetivo de PCIT es ayudar a los padres a mostrar mayor calidez, capacidad de respuesta y sensibilidad a los comportamientos de sus hijos. Los estudios indican que una relación de calidad entre padres e hijos ayuda a los niños a desarrollar un sentido seguro de sus relaciones y una regulación emocional y conductual más eficaz. La gestión de contingencias es el principio subyacente. Las contingencias, dos eventos que tienden a ocurrir juntos, pueden tener un gran efecto en cómo actúan los niños.

PCIT y TCIT abogan por alterar los eventos emparejados. En lugar de emparejar mala conducta y atención, estos programas combinan conducta positiva y atención. Se asume que los niños quieren y necesitan la atención de un adulto. Eso lo convierte en un reforzador, algo que, cuando se combina con una acción, hace que esa acción sea más probable.

Por ejemplo, un padre podría responderle a un niño cuando sale a hacer mandados diciéndole "te quedaste a mi lado en la tienda y hablaste bien, así que vamos a parar y comprar un helado al salir". En este caso, el padre empareja la atención positiva y una recompensa (helado) con el comportamiento positivo.

Empareje la atención con la mala conducta y obtendrá más mala conducta.

Pero si ignora la mala conducta y espera una conducta deseada, con el tiempo aumentará la conducta deseada. Si bien la espera puede ser ciertamente difícil, puede valer la pena aprender un poco más de paciencia para ayudar a sus hijos a crecer.

Puede encontrar más información sobre PCIT aquí.

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